sábado, 8 de octubre de 2011

ascendidos y libres revista 0ctubre

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sábado, 21 de mayo de 2011

domingo, 15 de mayo de 2011

HAY PALABRAS







¿Si estás podrido no hagas nada?

Hay palabras que hieren, y a veces,

hieren susceptibilidades

Arrancan costras y duelen hondo.

Hay palabras que curan y a veces, que alimentan

Hay palabras…..,

¡ay¡, ¡..las palabras¡, ….

y, Ahí otras, palabras.



Unas suenan en maneras absolutas, imperativas

Otras veces, totalizan su vacio abrasador

En otros momentos, minimizan todo y a todos.



Creo en la maravilla de la gente humana

Es su unidad y unicidad de su infinito ser actual y potencial



adios, y a dios: a diario





en todo está y en nada

en tantas palabras olvidadas

late despacio, y arde



a diario es poco...

si el silencio se esconde

y huye pavorido

de los ruidos, muchos,

que asolan a la mente,

que no escucha y se ahoga

en el pensar

en miles de reclamos

y llamadas intermitentes



a diario los anhelos

rasgan esa paz profunda

viviente hasta un segundo

antes del despertar del cuerpo,

la paz del ayer tarde,

indefensa deja la calma

y se presta a la agitación

suicida de la paz.



en la ignorancia pienso....

escucho el silencio...

y en su regazo soy solo yo

encurtido en el cuerpo,

mientras inexisto.....

y dejo pasar el tiempo

...

y rio a carcajadas,

-el pienso para los pájaros

y el ánima para los animales-

y rio a carcajadas.....



el anima si piensa

muere a la paz y al ser,

cae inerte en la nada

como las sombras oscuras

de hojas en otoño

reflejadas en un estanque,

formas sin color

ni sabor ni vida



Si pienso,

en la ignorancia vivo e ignoro.

-y creo que existo-

si ignoro,

el deseo nace,

que es hijo de la ignorancia y del pensamiento,

impulso que arrebata

el pulso pausado de la paz serena



larga y ancha es su sombra,

lejana de la luz.

oh luz que radias sin sombras

tan fijas y quietas, que se distancian

ellas solas en su propia dirección.

Oh sombra que me sigues

sigilosa unas veces

y acuciante otras.

Oh sombra, que apareces

en lo oscuro del sueño sin profundo

inquientandome.

oh sombra que te arrobas y arremolinas

a velocidad solar centripetada

absorbiendo el tiempo y el espacio

del dia y la vida.

condensada, te mueves a golpes,

y, en órbitas, me envuelves.

Punto oscuro de condesación total

se esfuma la luz,

madre de la vida

en la libre tridimensión,

y la sombra persistente solo un segundo

figura existir en un plano

de dos tontas dimensiones

forjadas en papel negro

de títeres bidimesionales.

Atrapada solo de sombra

el punto negro

encierra entre dos cristales

la sombra coleante

de tu movimiento en libertad,

y lo deja pasearse, así atrapado,

desairado meneandose

en el olvido.



Revivido el juego de las sombras,

como moscas atolondradas en el cristal de la ventana

aceleradas, y aleteando

desesperadas.

vista del visto poso

en los pensamientos moverse

como esas moscas prisioneras

de su ignorancia.



Si, el aposentado ego

mero pensamiento lleno del vano y

minusculo "yo"

me enturbia en su úna y

única diménsión de nada

y vacio construyente, y me

impide la visión esencia

de las infinitas dimensiones

de nuestra psique libre

y eterna.



Mis récores y memorias

se arremolinan

en una única dirección

de intensidad sofisticada,

y el registro de una vida entera

se percibe como una lenteja

aplastada de sombra inacabada: el ego.





sombras de lenteja

que habeis caido en el fondo de mar profundo

aplanado del falso yo

y del arrogante mi.

Soy siempre....

y el luego, nada y calla, inexitente

sin atreverse a repensar.



*            *          *


jueves, 10 de marzo de 2011






D.: ¿Entonces son lo mismo?


M.: El alma puede ser sin el ego; pero el ego no puede ser sin el alma. Son como la burbuja y el océano.

D.: Eso aclara el asunto. ¿Qué es el Atman?

M.: El Atman y el alma son lo mismo.



162. Otro norteamericano preguntó sobre las formas de pensamiento.

M.: Rastree la fuente de los pensamientos, y los pensamientos desaparecerán.

D.: Los pensamientos se materializan.

M.: Si hay pensamientos, se materializarán. Si desaparecen, no hay nada que mate-rializar. Además, si usted es físico, el mundo es físico, y así sucesivamente. Encuentre si usted es físico.

D.: ¿Cómo seré útil al mundo de Dios?

M.: Encuentre si «yo» es diferente de la parte divina del mundo. Sin ser capaz de ayudarse a usted mismo, no obstante usted está buscando la parte divina de él para ayu-darse a usted y al mundo. La divinidad le está dirigiendo y controlándole a usted. ¿Adónde va usted en el sueño profundo? ¿De dónde sale?

D.: Yo he sido influenciado por las obras y los pensamientos.

M.: Los pensamientos y las obras son lo mismo.

D.: ¿Hay algún modo de sentir los fenómenos suprafísicos, como por ejemplo, los ángeles guardianes?

M.: El estado del objeto es según el estado del veedor.

D.: Un grupo de veedores ven lo mismo.

M.: Porque sólo hay un veedor detrás de todo, pero hay diversidad de fenómenos. ¿Percibe usted la diversidad en el sueño profundo?

D.: Nosotros vemos a Abraham Lincolm que murió hace mucho tiempo.

M.: ¿Hay objeto sin veedor? Las experiencias pueden ser reales. Los objetos son sólo según el veedor.

D.: Un asistente mío fue matado en la guerra. Nueve años después de su muerte, se tomó una foto de otro grupo. Su imagen aparece en la foto. ¿Cómo es eso?

M.: Posiblemente los pensamientos se han materializado… Vaya a la raíz de ello.

D.: ¿Cómo?

M.: Si el camino es externo, las direcciones son posibles; pero el camino está dentro. Busque dentro. El Sí mismo está siempre realizado. Algo que no está ya realizado podría ser buscado como nuevo. Pero el Sí mismo está dentro de su experiencia.

D.: Sí. Yo me siento a mí mismo.

M.: Mí mismo. ¿Hay dos —mí y sí mismo?

D.: No quiero decir eso.

M.: ¿Quién es el que se ha sentido o no se ha sentido a sí mismo?

D.: Sólo hay un Sí mismo.

M.: La pregunta sólo puede surgir si hay dos. Abandone la falsa identificación del Sí mismo con el no-sí mismo.

D.: Me refiero al estado de consciencia más alto.

M.: No hay estados.

D.: ¿Por qué un hombre no obtiene la iluminación instantáneamente?

M.: El hombre es la iluminación misma. Él está iluminando a los demás.

D.: ¿Es su enseñanza diferente de la de otros?

M.: El camino es solo uno, y la realización solo una.

D.: Pero las gentes hablan de muchos métodos.

M.: Depende del estado de la mentalidad de esas gentes.

D.: ¿Qué es el yoga?

M.: Yoga (unión) es para el que está en viyoga (separación). Pero solo hay uno. Si usted realiza al Sí mismo, no habrá ninguna diferencia.

D.: ¿Es eficaz bañarse en el Ganges?

M.: El Ganges está dentro de usted. Este Ganges no le hace sentir frío ni temblar. Báñese en él.

D.: ¿Hemos de leer la Gita de vez en cuando?

M.: Siempre.

D.: ¿Podemos leer la Biblia?

M.: La Biblia y la Gita son lo mismo.

D.: La Biblia enseña que el hombre nace en el pecado.

M.: El Hombre es el pecado. No había ninguna sensación de hombre en el sueño profundo. El pensamiento del cuerpo produce la idea del pecado. El nacimiento del pen-samiento es el pecado mismo.

A otra pregunta, el Maestro dijo: —Todo el mundo ve sólo al Sí mismo. Las formas divinas son solo como burbujas en el océano de la Realidad, o como imágenes que se mueven en una pantalla.

D.: La Biblia dice que el alma humana puede perderse.

M.: El pensamiento «yo» es el ego, y eso se pierde. El «yo» real es «yo soy el que yo soy».

D.: Hay conflicto entre las enseñanzas de Aurobindo y de la Madre.

M.: Primero, entréguese al Sí mismo, y luego armonice los conflictos.

D.: ¿Qué es la renunciación?

M.: El abandono del ego.

D.: ¿No es abandonar las posesiones?

M.: Al poseedor también.

D.: El mundo cambiará si las gentes abandonan sus posesiones para beneficio de los demás.

M.: Primero, abandónese a usted mismo, y entonces piense en los demás.

En respuesta a otra pregunta, Sri Bhagaván dijo: —Los métodos parecen fáciles según la naturaleza del individuo. Depende de lo que haya practicado antes.

D.: ¿No podemos tener la realización instantáneamente?

M.: La Realización no es nada nuevo. Es eterna. No se trata de realización instantá-nea o gradual.

D.: ¿Hay reencarnación?

M.: La reencarnación puede ser si usted está encarnado ahora. Incluso ahora, usted no ha nacido.



A otra pregunta, dijo: —El ego es la raíz de todas las aflicciones. Abandónelo. En-tonces no habrá ninguna aflicción.

D.: Si todos renuncian, ¿habrá un mundo práctico? ¿Quién arará? ¿Quién cosechará?

M.: Comprenda primero y luego vea. La ayuda a través de la Realización trasciende toda la ayuda a través de palabras, pensamientos y obras, etc. Si usted comprende su propia realidad, entonces la realidad de los rishis y los maestros será clara para usted. Sólo hay un maestro, y ése es el Sí mismo.

D.: ¿Por qué los maestros insisten en el silencio y la receptividad?

M.: ¿Qué es el silencio? Es elocuencia eterna.

D.: ¿Cuál es la actitud de la mente receptiva?

M.: No estar distraído en la mente.

D.: ¿Es de utilidad acercar a América del Norte y la India, uniendo la intelectualidad de ambos países, por ejemplo, intercambiando profesores, etc.?

M.: Esos hechos tendrán lugar automáticamente. Hay un Poder que guía el destino de las naciones. Estas preguntas sólo surgen cuando usted ha perdido el contacto con la Realidad. ¿Es América del Norte aparte de usted, o es la India aparte de usted? Mantén-gase en eso y vea.

D.: Sri Ramakrishna preparó a Vivekananda. ¿Qué poder hay detrás?

M.: El poder es sólo uno en todos.

D.: ¿Cuál es la naturaleza de esa fuerza?

M.: Así como las limaduras del hierro son atraídas hacia un imán, la fuerza está adentro, no está afuera. Ramakrishna estaba en Vivekananda. Si usted piensa que Vive-kananda era un cuerpo, Ramakrishna también es un cuerpo. Pero ellos no son cuerpos. Vivekananda no podía haber entrado en Samadhi si Ramakrishna no hubiera estado de-ntro de él.

D.: ¿Por qué debe uno sufrir cuando es picado por un escorpión?

M.: ¿Cuál es la causa de la aparición del cuerpo y del mundo?

D.: Es parte de la mente cósmica.

M.: Que la mente cósmica se preocupe por tales aconteceres. Si el individuo quiere saber, que descubra a su Sí mismo.

D.: Una pregunta sobre los misterios yóguicos de beber ácido nítrico, tragar venenos, caminar sobre el fuego, etc. ¿Se debe todo esto a un estado de vibración?

M.: Que lo pregunte el cuerpo físico. Usted no es físico. ¿Por qué preocuparse por lo que usted no es? Si el Sí mismo tuviera alguna forma, podría ser afectado por los obje-tos. Pero el Sí mismo no tiene ninguna forma; por consiguiente, es inmune al contacto con las cosas.

D.: ¿Cuál es el significado del océano de Amor?

M.: Espíritu, Espíritu Santo, Realización, Amor, etc., son todos sinónimos.

D.: Esta es una conversación muy iluminadora.

Señor N. Subba Rao: —¿Qué es visishtadvaita?

M.: Lo mismo que esto.

D.: Ellos no admiten a maya.

M.: Nosotros decimos que Sarvam es Brahman. Ellos repiten que Brahman perma-nece cualificado (visishta) en todos.

D.: Ellos dicen que el mundo es una realidad.

M.: Nosotros también lo decimos. El Acharya solo dijo: «Encontrad la realidad que hay detrás del mundo». Lo que es llamado ilusión por uno, es llamado mutabilidad por otro. El fin es el mismo en ambos.

Doctor Hand: —¡Maharshi! No piense que somos malos muchachos.

M.: No me diga eso. Sin embargo, no es necesario que usted piense que son malos muchachos.

Todos rieron y se dispersaron a las cinco de la tarde.

Un minuto después, Sri Bhagaván dijo: —Si se quedan un día más, devendrán silen-tes.



163. Señor Subba Rao: —¿No entran los hombres en samadhi?

M.: ¿No hay samadhi ahora?

D.: ¿Es eterno?

M.: Si no lo es, ¿cómo puede ser real?

D.: ¿Entonces?

M.: No hay ningún entonces, ningún ahora.

D.: Parece haberlos.

M.: ¿A quién?

D.: A la mente.

M.: ¿Qué es la mente? ¿Quién soy yo?

D.: (Silencio).



164. Un hombre preguntó si era posible detener la vejez y la enfermedad por la ab-sorción de la fuerza divina.

M.: Usted puede detener al cuerpo mismo.

D.: ¿Cómo absorber la fuerza divina?

M.: Ella ya está aquí. No necesita ser absorbida. Sólo puede ser absorbida si está fuera de usted. Pero ella es solo usted. No hay ninguna absorción ni ninguna emisión.

D.: ¿Hay alguna necesidad de obedecer las leyes físicas, por ejemplo, ponerse a di-eta?

M.: Éstas están sólo en la imaginación.



165. Un hombre estaba preocupado porque no podía lograr concentrar su mente.

M.: ¿No es solo Uno incluso ahora? Lo uno permanece siempre solo Uno. La diver-sidad está sólo en su imaginación. El Ser Unitario no necesita ser adquirido.



166. Se le mencionó a Sri Bhagaván que un ser que ha realizado el Sí mismo no ne-cesita ningún alimento, etc.

M.: Usted comprende solo según su estado.



167. D.: ¿Cómo controlar la mente?

M.: Apodérese de la mente.

D.: ¿Cómo?

M.: ¿Qué es la mente? Encuéntrelo. Es sólo un agregado de pensamientos.

D.: ¿Cómo erradicar el impulso sexual?

M.: Erradicando la idea falsa de que el cuerpo es el Sí mismo. No hay ningún sexo en el Sí mismo.

D.: ¿Cómo realizarlo?

M.: Debido a que usted piensa que es el cuerpo, usted ve a otro como el cuerpo. En-tonces surge la diferencia en el sexo. Pero usted no es el cuerpo. Sea el Sí mismo real. Entonces no hay ningún sexo.



168. D.: ¿Puede un yogi conocer sus vidas pasadas?

M.: ¿Conoce usted tan bien la vida presente que quiere conocer la pasada? Encuentre la vida presente, y el resto seguirá entonces por sí solo. Incluso con nuestro limitado conocimiento presente, nosotros sufrimos muchísimo. ¿Por qué quiere cargarse a usted mismo con más conocimiento y sufrir más?

D.: ¿Puede el ayuno ayudar a la realización?

M.: Pero el ayuno es pasajero. El ayuno mental es la ayuda verdadera. Ayunar no es un fin en sí mismo. Debe haber desarrollo espiritual a la par. El ayuno absoluto debilita también a la mente. Usted no podrá obtener suficiente fuerza para la búsqueda espiritual. Por consiguiente, tome un alimento moderado y siga practicando.

D.: Dicen que cuando se rompe el ayuno de un mes, diez días después la mente de-viene pura y firme y que permanece así para siempre.

M.: Sí, si durante todo ese ayuno se ha mantenido también la búsqueda espiritual co-rrecta.



169. Ante otra pregunta, el Maestro dijo: —Lo mejor es hablar de corazón a corazón y escuchar de corazón a corazón. Esa es la mejor upadesa.

D.: ¿No es necesaria la guía del Gurú?

M.: ¿Es usted aparte del Gurú?

D.: ¿Es útil la proximidad?

M.: ¿Quiere usted decir la proximidad física? ¿Cuál es el bien de eso? Sólo importa la mente. Se debe tomar contacto con la mente.





28 de febrero de 1936



170. Un visitante: —¿Cuál es la diferencia entre meditación (dhyana) e indagación (vichara)?

M.: Ambas equivalen a lo mismo. Aquellos que son incapaces para la indagación deben practicar la meditación. En esta práctica, el aspirante, olvidándose de sí mismo, medita: «Yo soy el Brahman» o «Yo soy Siva»; así continúa aferrándose al Brahman o a Siva; finalmente, esto acabará en el Ser residual como el Brahman o Siva, que él realizará como Ser Puro, es decir, como el Sí mismo.

El que se dedica a la indagación, comienza aferrándose a sí mismo, y pregunta: «¿Quién soy yo?», y el Sí mismo deviene claro para él.

D.: ¿El conocimiento que se obtiene por experiencia directa se perderá después?

M.: El Kaivalya Navanita dice que puede ser perdido. La experiencia obtenida sin erradicar todos los vasanas, no puede permanecer estable. Deben hacerse esfuerzos para erradicar los vasanas. De lo contrario, después de la muerte tiene lugar el renacimiento. Algunos dicen que la experiencia directa resulta de escuchar al propio maestro de uno; otros dicen que resulta de la reflexión; y aún hay otros que dicen que resulta de la auto-discriminación y también del samadhi. Aunque en la superficie parecen diferentes, fi-nalmente todos éstos significan lo mismo.

El conocimiento sólo puede permanecer inalterado después de que todos los vasanas han sido erradicados.





29 de febrero de 1936



171. D.: Señor, ¿cómo puede ser soltada la garra del ego?

M.: No agregándole nuevos vasanas.

D.: ¡Ninguna suma de japa ha soltado la garra!

M.: ¿Cómo es eso? Se soltará y desaparecerá debidamente.





2 de marzo de 1936



172. El doctor Hand, el caballero norteamericano, preguntó: —¿Hay dos métodos para encontrar la fuente del ego?

M.: No hay dos fuentes y no hay dos métodos. Sólo hay una fuente y sólo hay un método.

D.: ¿Cuál es la diferencia entre meditación e indagación en el Sí mismo?

M.: La meditación sólo es posible si se mantiene el ego. Hay el ego y el objeto sobre el que se medita. El método es indirecto. Mientras que el Sí mismo es solo uno. Al bus-car al ego, es decir, su fuente, el ego desaparece. Lo que queda es el Sí mismo. Este método es el directo.

D.: ¿Entonces, qué tengo que hacer?

M.: Aferrarse al Sí mismo.

D.: ¿Cómo?

M.: Ahora usted es el Sí mismo. Pero usted está confundiendo esta consciencia (o ego) con la consciencia absoluta. Esta identificación falsa se debe a la ignorancia. La ignorancia desaparece junto con el ego. Matar al ego es la única cosa que hay que hacer. La Realización ya está aquí. No se necesita ningún intento de obtener la realización. Pues la realización no es nada externo, no es nada nuevo. Es siempre y por todas partes —aquí y ahora también.







3 de marzo de 1936



173. El señor N. Subba Rao preguntó: —Los visishtadvaitines dicen que Atma Saks-hatkara (la Realización del Sí mismo) es un preludio de Paramatma Sakshatkara (la Realización de Dios). La dificultad parece ser considerable.

M.: ¿Qué es Atma Sakshatkara? ¿Hay dos Atmas para que uno realice al otro? No hay dos sí mismos. Primeramente, obtenga el Atma Sakshatkara, y entonces juzgue lo que sigue.

D.: La Bhagavad Gita dice que hay un Dios cuyo cuerpo está hecho de todas las al-mas.

M.: Todos están de acuerdo en la aniquilación del ego. Pongámonos a trabajar en lo que estamos de acuerdo. Las nanajivatva (las diferentes individualidades) son mencio-nadas también por algunos advaitines. Todo eso es indiferente para la elevación espiritual de uno. Primero realice al Sí mismo, y entonces vea qué hay después.





7 de marzo de 1936



174. El doctor Hand se propone abandonar el Asramam mañana, visitar el Himalaya (Hardwar), regresar aquí, dirigirse a Bombay y embarcar para Egipto, Palestina, Europa y finalmente hacia su país natal, América del Norte.

Quiere ir a la cumbre de la colina y desea que Sri Bhagaván le acompañe. Sri Bha-gaván podría ascender hasta donde lo juzgase conveniente y esperar entonces a que él terminase la escalada —y reunirse con él en un sitio de la colina designado de antemano. Sri Bhagaván sonrió y le preguntó si se había enterado de la experiencia del doctor Beasly.

Doctor Hand: —Él es amigo mío. Me lo contó todo. ¡Fue algo maravilloso! Yo soy mayor que usted, Maharshi. Pero no me abandone como a un número atrasado. Yo pue-do escalar la colina como lo haría un muchacho. ¿Cuándo ascendió usted a la cima la última vez?

M.: Hace unos once años. ¿Qué le dijo el doctor Beasly?

D.: Eso es estrictamente confidencial. Se lo diré todo si usted se queda a solas con-migo.

El Maharshi simplemente sonrió.

D.: ¡Maharshi! ¿Es usted consciente de una hermandad de rishis invisibles?

M.: Si son invisibles, ¿cómo verlos?

D.: En la consciencia.

M.: No hay nada externo en la consciencia.

D.: ¿No hay la individualidad? Yo tengo miedo a perder mi ser individual. ¿No hay en la consciencia la consciencia de ser humano?

M.: ¿Por qué tener miedo a perder la individualidad? ¿Cuál es su estado en el sueño sin sueños? ¿Es usted consciente de su individualidad entonces?

D.: Es posible.

M.: ¿Pero cuál es su experiencia? Si la individualidad estuviera ahí, ¿habría sueño profundo?

D.: Eso depende de la interpretación. ¿Qué dice el Maharshi?

M.: El Maharshi no puede hablar por su experiencia de usted. Él no le hace tragar nada por la fuerza.

D.: Lo sé. Por eso Él me gusta y me gustan tanto Sus enseñanzas.

M.: ¿Realmente, usted no prepara su cama y no está ansioso por perder su individua-lidad en el sueño profundo? ¿Por qué tener miedo a perderla?

D.: ¿Qué es el nirvana del Buddha?

M.: La pérdida de la individualidad.

D.: Tengo miedo de esa pérdida. ¿No puede haber consciencia humana en el nirva-na?

M.: ¿Hay dos sí mismos en ese caso? Considere su experiencia presente del sueño profundo y diga.

D.: Yo quiero pensar que es posible retener la consciencia individual en el nirvana. Tengo miedo de la pérdida de la individualidad.

Más tarde, el interlocutor subió y rodeó la colina y anduvo unos veinticuatro kilóme-tros entre el mediodía y las ocho de la noche. Regresó cansado y pronunció un discurso muy lúcido sobre la agricultura, las condiciones sociales, el sistema de castas, la cualidad espiritual de los indios, etc.





10 de marzo de 1936



175. ¿Qué es mahat?

M.: La luz proyectada de la Consciencia Absoluta. Así como una semilla se hincha antes de brotar, y entonces brota y crece, así también la Consciencia Absoluta proyecta luz, se manifiesta como el ego, y crece como el cuerpo y el universo.



Chit = Absoluto



Mahat = consciencia proyectada (la semilla hinchada)



Ahankara = ego



Manas = mente



—————

↓ ↓

Aham – Idam = cuerpo – mundo



Mayor Chadwick: —¿Es lo mismo que la consciencia cósmica?

M.: Sí, es así antes del nacimiento del ego y del universo. Los comprende a todos. Así como todas las imágenes proyectadas sobre la pantalla son visibles por la luz pro-yectada desde un punto, así también el cuerpo y los demás objetos son todos visibles en esa consciencia reflejada. Por consiguiente, también es la consciencia cósmica.

Asimismo, (en el microcosmos) el cuerpo y todos los demás objetos están contenidos todos en el cerebro. La luz es proyectada sobre el cerebro. Las impresiones del cerebro devienen manifiestas como el cuerpo y los mundos. Debido a que el ego se identifica a sí mismo con las limitaciones, el cuerpo es considerado separado y el mundo es considerado separado.

Estando acostado en su cama en un cuarto cerrado, y con los ojos cerrados, usted sueña con Londres, con sus muchedumbres, y que usted está entre éstas. Un cierto cuer-po es identificado como usted mismo en el sueño. Londres y el resto no pueden haber entrado en el cuarto ni en su cerebro; sin embargo, ese vasto espacio y esa duración de tiempo fueron todos perceptibles para usted. Deben haber sido proyectados desde el cerebro. Aunque el mundo es muy grande y el cerebro muy pequeño, ¿no es motivo de asombro que esa gran creación esté contenida dentro de un ámbito tan pequeño como el cerebro de uno? Aunque la pantalla es limitada, no obstante todas las imágenes del cine pasan por ella y son visibles ahí. Usted no se pregunta cómo una procesión de aconte-cimientos tan larga puede ser manifestada en una pantalla tan pequeña. Similarmente ocurre con los objetos y el cerebro.

D.: Entonces, ¿la consciencia cósmica no es lo mismo que la realización?

M.: La consciencia cósmica está detrás del ego. Puede ser llamada Isvara, y el ego es jiva. También puede decirse que Isvara es el Absoluto. Ahí no hay ninguna diferencia.



Para = Absoluto



Isvara = Consciencia Cósmica (Mahat)

————–

↓ ↓

Jiva – Jagat = Consciencia Individual y el mundo.



La consciencia que penetra incluso a Isvara es lo Absoluto.



176. D.: ¿Qué es la llama que se menciona en el Vichara Sangraha? Se dice que es Atma Jyoti, y a uno se le dirige para que encuentre la realidad detrás de ella.

M.: Los Vedas mencionan a la llama: Tasyas sikhaya madhye paramatma vyavast-hitah. Esa llama ha de ser identificada con la consciencia de yo.





11 de marzo de 1936



177. El señor Frydman había preguntado algo al Swami Ramdas, a lo que éste con-testó que para él no habría más nacimientos. El ingeniero había señalado que no debía haber ninguna ansiedad respecto del renacimiento. Habría el mismo Rama, el mismo Ramdas, la misma búsqueda de Rama y la misma felicidad de la realización, ¿Qué obje-ción podría haber para la repetición de este Rama-Lila? Ramdas había admitido que no podría haber objeción, que habría un goce y un juego. El ingeniero dijo además que Ramdas agregó que había encontrado a Rama sumergido en Él y feliz en esa unión. Ellos son lo mismo, aunque había Ramdas, había Rama, había la unión y había la Felicidad. Eso es eterno. Al decirlo, preguntó qué diría Sri Bhagaván sobre eso.

M.: Todo eso es tan verdadero como los acontecimientos presentes.



178. Más tarde, el mismo caballero dijo que el sueño era un estado de olvido, y que el estado de vigilia era la actividad de la mente. La mente estaba en un estado potencial en el sueño profundo.

M.: ¿No era usted en el sueño profundo?

D.: Sí, yo era. Pero en un estado de olvido. Debe haber un presenciador continuo del olvido y de la mente que dice que «yo» soy en ambos estados.

M.: ¿Quién es este presenciador? Usted habla de «presenciador». Para presenciar debe haber un objeto y un sujeto. Éstos son creaciones de la mente. La idea del presen-ciador está en la mente. Si hubiera el presenciador del olvido, ¿diría, «yo presencio el olvido»? Usted, con su mente, acaba de decir que debe haber un presenciador. ¿Quién era el presenciador? Usted debe responder «yo». Nuevamente, ¿quién es ese «yo»? Us-ted se está identificando con el ego y dice «yo». ¿Es este ego «yo», el presenciador? Es la mente la que habla. La mente no puede ser presenciador de sí misma. Con limitaciones autoimpuestas usted piensa que hay un presenciador de la mente y del olvido. Usted también dice: «Yo soy el presenciador». El que presencia el olvido debe decir: «Yo pre-sencio el olvido». La mente presente no puede arrogarse a sí misma esa posición.

Así pues, toda esa posición deviene insostenible. La consciencia es ilimitada. Al de-venir limitada, simplemente se arroga a sí misma esa posición. Realmente, no hay nada que presenciar. Ella está simplemente SIENDO.



179. D.: Yad gatva na nivartante taddhamaparamam mama. ¿Qué es ese dhama? ¿No es el estado Absoluto más allá de la consciencia cósmica?

M.: Sí.

D.: «Na Nivartante» significaría «no cubierto nuevamente por la ignorancia».

M.: Sí.

D.: ¿No se sigue entonces por inferencia que aquellos que alcanzan la Consciencia Cósmica no han escapado de la garras de la ignorancia?

M.: Eso es lo que se significa cuando se dice que todos los lokas, incluido el Brahma loka, no le liberan a uno del renacimiento. Vea la Bhagavad Gita: «Al llegar a MÍ, no hay ningún renacimiento… Todos los demás están en la esclavitud». Además, mientras que usted piense que hay gati (movimiento) —como lo implica la palabra gatva (habiendo llegado a), —hay también punaravritti (retorno). Además, gati implica su Purvagamanam (nacimiento). ¿Qué es el nacimiento? Es el nacimiento del ego.

Una vez nacido, usted llega a algo; si usted llega a eso, también retorna. Por consi-guiente, ¡deshágase de todo ese palabrerío! Sea como usted es. Vea quién es usted y permanezca como el Sí mismo, libre del nacimiento, de venir, de ir y de retornar.

D.: Es cierto. Por más que esta verdad es escuchada, sin embargo nos elude y noso-tros la olvidamos.

M.: Así es. Los recordatorios son a menudo necesarios.



180. Durante el día se perdió una foto interesante. Sri Bhagaván pareció preocuparse por ello. El señor Frydman le preguntó a Sri Bhagaván cómo consideraba todos estos asuntos. Sri Bhagaván dijo: —Suponga que usted sueña que me está llevando a Polonia. Usted despierta y me pregunta. «He soñado esto y aquello. ¿Soñó usted lo mismo o lo supo? ¿O bien, cómo lo considera usted?»

D.: ¿Pero usted no es consciente de lo que acontece frente a usted?

M.: Todo esto son operaciones de la mente, y las preguntas también.

Entonces, nuevamente, Sri Bhagaván contó un episodio de cuando Sri Rama buscaba a Sita. Parvati preguntó a Siva por qué Rama, el Ser Perfecto, se lamentaba por la pérdida de Sita. Siva dijo que Rama era Perfecto. Si se necesitaba probar y aclarar la Perfección, Parvati podía aparecer como Sita ante Rama y ver qué acontecía. Así lo hizo ella. Rama ignoró su aparición, y siguió llorando «¡Ay, Sita! ¡Ay, Sita!», y caminaba como un ciego sin prestar ninguna atención a Parvati. —(Cf. Diálogo 218).





13 de marzo de 1936



181. Un caballero de Bombay dijo: —En el Ashram de Sri Aurobindo hice a la Ma-dre la siguiente pregunta: «Yo mantengo mi mente vacía sin que surjan pensamientos para que Dios pueda mostrar-Se en Su verdadero Ser. Pero no percibo nada».

La respuesta fue de este tenor: «La actitud es correcta. El Poder descenderá de arri-ba. Es una experiencia directa».

Así pues, el caballero preguntó qué debía hacer.

M.: Sea lo que usted es. No hay nada que tenga que descender o devenir manifiesto. Todo lo que se necesita es perder el ego. Eso es lo que es siempre aquí. Incluso ahora mismo usted es Eso. Usted no es aparte de Eso. El vacío es visto por usted. Usted está ahí para ver el vacío. ¿Qué espera usted? El pensamiento «yo no he visto», la expectativa de ver y el deseo de obtener algo, son todos operaciones del ego. Usted ha caído en las redes del ego. Es el ego quien dice todo esto, no es usted. ¡Sea usted mismo y nada más!



182. M.: Imaginar al Muladhara abajo, al Corazón en el centro, o a la cabeza encima de todos éstos, es completamente erróneo. En una palabra, pensar no es su naturaleza real.



183. M.: En la literatura sagrada se ve lo siguiente: —

«Dicho sin pronunciarlo»

«Mostrado permaneciendo silencioso como siempre», etc.

¿Cuál es esta palabra no hablada? Es sólo el Silencio, el Pranava o los Mahavakyas. A éstos se los llama la Palabra.



184. M.: Leemos un periódico y todos los artículos que hay en él, pero no nos pre-ocupamos de saber nada del papel mismo. Tomamos la paja, pero no la sustancia. El substratum en el que todo esto está impreso es el papel, y, si conocemos el substratum, se conocerá todo lo demás (como la pared y las pinturas).

D.: Usted dijo que sólo el UNO que existe es lo REAL. ¿Qué es ese UNO?

M.: Ese UNO es el Sat, la existencia, que aparece como el mundo, las cosas que vemos, y nosotros mismos.

D.: ¿Qué es el Atman? ¿Hay una finalidad para el Atman?

M.: Primero, aprenda qué es el Atman. Si conocemos esto, entonces podemos inda-gar en cuanto a si tiene una finalidad o no. ¿A qué llama usted Atman?

D.: El jiva es el Atman.

M.: Aprenda qué es el jiva. ¿Cuál es la diferencia entre el jiva y el Atman? ¿El jiva mismo es el Atman, o hay alguna cosa separada como el Atman? Hay un final para lo que usted observa; aquello que es creado tiene una destrucción o un final. Lo que no es creado no tiene ningún fin. Eso que existe no puede ser observado. Es inobservable. Debemos encontrar qué es lo que aparece; la destrucción de eso que aparece es el final.

Eso que existe, existe siempre; eso que aparece nuevo se pierde más tarde.

D.: ¿Qué acontece después del nacimiento en la forma humana? ¿Qué acontece al ji-va?

M.: Sepamos primero lo que nosotros somos. Nosotros no comprendemos lo que no-sotros somos, y hasta que no sabemos lo que nosotros somos, no hay cabida para esas preguntas. (Bhagaván se refiere aquí evidentemente a la confusión del cuerpo como Atman —dehatma buddhi— la cual es la causa de esta confusión de ideas sobre la muer-te y el nacimiento, pues el Atman no tiene nacimiento ni muerte, y no es tocado por los elementos Tierra, Fuego, Aire, Agua, etc.) (Gita II, 11) —Asochyam anvosochas tvam, pro jnavadamscha bhashase, etc.— ¿Qué es eso que ha tenido nacimiento? ¿A quién llama usted hombre? Si en lugar de buscar la explicación de las cuestiones concernientes al nacimiento, a la muerte y al más allá, se formula la pregunta de quién es usted y cómo es usted ahora, estas preguntas no surgirán. Usted es el mismo en los estados de sueño profundo, de sueño con sueños y de vigilia. ¿Es el pensamiento «yo» el jiva, o es el cuerpo el jiva? ¿Es esto pensamiento o naturaleza? ¿O es nuestra naturaleza la expe-riencia que vivimos, etc.? (Cita el sloka de la Gita: Yada te… II, 52).

D.: ¿Por qué es necesario el Atma vichara?

M.: Si usted no hace el Atma vichara, entonces crece el loka vichara. Entonces se busca eso que no es, pero no eso que es autoevidente. Cuando usted ha encontrado lo que busca, vichara (la indagación) también cesa y usted descansa en eso. Mientras uno está confundiendo al cuerpo con el Atman, se dice que el Atman se ha perdido y se dice que uno tiene que buscarlo, pero el ATMAN mismo no se pierde nunca. El Atman existe siempre. Se dice que un cuerpo es el Atman, y se dice que un indriya es Atman; y enton-ces hay el Jivatman y el Paramatman y todo lo demás. Hay mil y una cosas a las que se llaman Atman. La búsqueda del Atman es conocer eso que es realmente el Atman.





SAMADHI: KEVALA Y SAHAJA



185. D.: Yo sostengo que el cuerpo físico del hombre sumergido en el samadhi como resultado de la contemplación ininterrumpida del Sí mismo deviene sin movimiento por esa razón. Puede estar activo o inactivo. La mente fijada en esa contemplación no será afectada por el cuerpo o los sentidos que son sin sosiego. La perturbación de la mente no siempre es el precursor de la actividad física. Otro hombre afirma que la inquietud física impide ciertamente el nirvikalpa samadhi o la contemplación ininterrumpida. ¿Cuál es su opinión? Usted es la prueba acreditada de mi afirmación.

M.: Los dos están en lo cierto; usted se refiere al sahaja nirvikalpa, y la otra persona se refiere al kevala nirvikalpa. En un caso, la mente está inmersa en la Luz del Sí mismo (mientras la misma está en la oscuridad de la ignorancia en el sueño profundo). El sujeto discrimina a uno del otro, —el samadhi, la salida del samadhi, y la actividad posterior, la inquietud del cuerpo, de la vista, de la fuerza vital y de la mente; el conocimiento de los objetos y la actividad constituyen, en su totalidad, obstrucciones para ese hombre.

Sin embargo, en sahaja, la mente se ha disuelto en el Sí mismo y se ha perdido. Por consiguiente, las diferencias y obstrucciones mencionadas arriba no existen aquí. Las actividades de ese ser son como la alimentación de un muchacho soñoliento, perceptible para el espectador (pero no para el sujeto). El conductor dormido en su carro en movi-miento no es consciente del movimiento del carro, debido a que su mente está sumergida en la obscuridad. Similarmente, el sahaja jnani permanece inconsciente de sus acti-vidades corporales porque su mente está muerta —al haberse disuelto en el éxtasis del Chid Ananda (el Sí mismo).

La contemplación es un proceso mental forzado, mientras que el samadhi está más allá del esfuerzo.



Sueño Kevala Sahaja

(1) la mente está viva;

(2) está sumergida en el

olvido (1) la mente está viva;

(2) está sumergida en la Luz;

(3) como un cabo de la soga, dejado en el agua de un pozo;

(4) ha de ser sacado tirando del otro extremo de la soga.

(1) la mente está muerta;

(2) disuelta en el Sí mismo;

(3) como un río que ha des-embocado en el océano y que ha perdido su iden-tidad;

(4) un río no puede ser vuel-to atrás desde el océano.



186. La esencia de la mente es solo presenciación o consciencia. Sin embargo, cuando el ego la domina, funciona como la facultad racional, pensante o perceptiva. La mente cósmica, al no estar limitada por el ego, no tiene nada separado de sí misma y, por consiguiente, es solo presencia. Eso es lo que la Biblia quiere decir con: «Yo soy el que YO SOY».

La mente gobernada por el ego tiene minada su fuerza y es demasiado débil para re-sistir a los pensamientos que la torturan. La mente sin ego es feliz en el sueño profundo, en el sueño sin sueños. Por consiguiente, claramente, la Felicidad y la miseria son solo modos de la mente; pero el modo débil no es fácilmente intercambiable con el modo fuerte. La actividad es debilidad y, por consiguiente, es miserable; la pasividad es fuerza y, por consiguiente, es dichosa. La fuerza dormida no se patentiza y, por tanto, no se vale.

La mente cósmica, manifestándose en algún ser raro, puede efectuar la unión en otros de la mente individual (débil) con la mente universal (fuerte). A ese ser extraordinario se lo llama el GURU o Dios en la manifestación.





19 de mayo de 1936



187. Llegó aquí, procedente de la India francesa, el señor Oliver Lacombe, un francés de mediana edad que visitaba la India como representante del Instituto de la Civilización India de la Universidad de París. Entre otros, había deseado encontrarse con el Maharshi; vino y permaneció aquí alrededor de tres horas. Había leído, en el ori-ginal sánscrito, la Bhagavad Gita, las Upanishads y los Sutras con comentarios de Sri Sankara y Ramanuja.

Preguntó: —¿Es la enseñanza del Maharshi la mismo que la de Sankara?

M.: La enseñanza del Maharshi es sólo una expresión de su propia experiencia y realización. Otros encuentran que concuerda con la de Sri Sankara.

D.: Así es. ¿Puede exponerse de otros modos para expresar la misma realización?

M.: Una persona realizada usará su propio lenguaje. (Sri Bhagaván agregó: —El SI-LENCIO es el mejor lenguaje.)

D.: ¿Qué dice el Maharshi sobre el hatha yoga o las prácticas tántricas?

M.: El Maharshi no critica ninguno de los métodos existentes. Todos son buenos pa-ra la purificación de la mente. Debido a que sólo la mente purificada es capaz de apre-hender su método y adherirse a su práctica.

D.: ¿Cuál es el mejor de los distintos yogas, el Karma, el Jnana, el Bhakti o el Hatha?

M.: Vea la estrofa 10ª del Upadesa Sara. Permanecer en el Sí mismo equivale a to-dos éstos en su sentido más alto.

El Maharshi agregó: —En el sueño sin sueños no hay ningún mundo, ningún ego y ninguna infelicidad. Pero el Sí mismo permanece. En el estado de vigilia hay todos éstos; además hay el Sí mismo. Uno sólo tiene que eliminar los aconteceres transitorios para realizar la beatitud siempre presente del Sí mismo. La naturaleza de usted es Felicidad. Encuentre eso sobre lo que todo el resto se sobreimpone y usted permanece entonces como el puro Sí mismo.

D.: Sí. Eso equivale a la eliminación de las limitaciones ajenas para descubrir al Sí mismo siempre presente. Eso es lo que dice Sankara. No hay ningún logro ni pérdida.

M.: Así es. (Aparte). Él comprende.

D.: ¿Cómo es el trabajo que ha de hacerse ordinariamente por un aspirante?

M.: Sin la autoidentificación con el hacedor. Por ejemplo, ¿se propuso usted visitar este lugar estando en París?

D.: ¡No!

M.: ¿Ve usted cómo está actuando sin intención de hacerlo? La Gita dice que un hombre no puede permanecer sin actuar. El propósito del nacimiento de uno se cumplirá, ya sea que usted lo quiera o no. ¡Que se cumpla ese propósito!

D.: ¿Por qué se mencionan tantos métodos? Por ejemplo, Sri Ramakrishna dice que bhakti es el mejor medio para la salvación.

M.: Eso es según el punto de vista del aspirante. Usted ha estudiado la Gita. Sri Krishna dijo: «Nunca ha habido un tiempo en que yo, y tú y estos reyes no hayamos sido; ni nunca lo habrá en que no seremos en el futuro. Lo que es irreal no existe nunca. Pero lo que es real no desaparece nunca. Todo lo que ha sido siempre, es ahora y será siempre». Además: «Yo enseñé esta Verdad a Aditya; éste la enseñó a Manu, etc.» Ar-juna preguntó: «¿Cómo puede ser eso? Tu has nacido hace unos años, y sólo reciente-mente. ¿Cómo pudiste haber enseñado a Aditya?» Sri Krishna respondió: «Sí. Nosotros hemos tenido varios nacimientos en el pasado. Yo conozco los míos, mientras que tú no conoces los tuyos. Yo te digo lo que aconteció en aquellos nacimientos pasados».

¡Observe! Aquel Krishna que comenzó diciendo que no había yo, ni tú, ni estos re-yes, dice ahora que él ha tenido varios nacimientos antes. Krishna no se contradice a Sí mismo, aunque lo parezca. Krishna se ajusta a la visión de Arjuna, y le habla desde su nivel.

Hay un pasaje paralelo en la Biblia en el que Jesús dice: «Antes de que Abraham fuera, yo soy». Las enseñanzas de los Sabios se ajustan al tiempo, al lugar, a la gente y a otros factores circundantes.

El visitante dijo que lamentaba irse. El Maharshi lo interrumpió, sonriendo: —No hay ningún irse ni ningún retornar.

El francés dijo de inmediato: —Él ha trascendido el tiempo y el espacio.

El francés regresó a Pondicherry.





30 de mayo de 1936



188. En la sala hay una ardilla a la que se tiene como mascota. Habitualmente, se re-tira a su jaula antes que anochezca. Justamente cuando el Maharshi le estaba diciendo a la ardilla que se retirara para la noche, un visitante que había anunciado que había obte-nido la consciencia trascendente sugirió que podría ofrecérsele agua, puesto que proba-blemente estuviera sedienta en esta noche calurosa. Su presunción de comprender a los animales no evocó ninguna respuesta. Entonces, repitió lo dicho. Después de un silencio de unos minutos, el Maharshi dijo: —Probablemente usted esté sediento después de su larga meditación al sol abrasador sobre las rocas calientes y quiera beber un jarro de agua.

D.: Así es. He tomado agua.

M.: La ardilla no está tan sedienta. Debido a que estuvo practicando austeridades bajo el calor del sol, usted debe sentirse sediento. ¿Por qué prescribir eso para la ardilla?

El Maharshi agregó: —Le vi quieto sobre las rocas calientes, cara al sol con los ojos cerrados. Estuve allí un rato pero no quise perturbarle y vine aquí. Estas gentes obran como mejor les place.

D.: No me propuse de antemano lo que hice. Fue espontáneo.

M.: ¡Ah, ya veo! ¡Todo lo que nosotros hacemos, lo hacemos con intención! ¡Usted parece haber trascendido todo!

D.: No es ésta la primera vez que lo hacía. Usted mismo me inspira y me hace hacer todas estas cosas. Sin embargo, usted me pregunta por qué lo hice. ¿Cómo es eso?

M.: Comprendo. Usted está realizando acciones que están controladas por mí. En-tonces, similarmente, también debería considerarse que los frutos son míos y no suyos.

D.: Indudablemente, lo son. Yo no actúo según mi libre albedrío, sino inspirado por usted. Yo no tengo voluntad propia.

M.: ¡Basta de tonterías! ¿Cuál es la diferencia entre ustedes dos?

D.: Yo no veo ninguna diferencia. Pero yo no tengo voluntad, y actúo sin ella.

M.: Usted ha subido a lo alto, por encima de la tendencia común. Nosotros obramos con voluntad personal.

D.: ¿Cómo, señor? Usted ha dicho en una de sus obras que la acción puede ser au-tomática.

M.: ¡Basta! ¡Basta! ¡Usted y otro visitante se comportan como seres trascendentales! Ustedes están plenamente ilustrados. ¡No necesitan aprender más! Yo no habría dicho todo esto si ustedes no hubieran venido aquí frecuentemente. Hagan lo que les plazca. Pero estas excentricidades de la etapa de principiante se conocerán bajo su verdadera luz después de algún tiempo.

D.: ¡Pero yo he estado en este estado durante mucho tiempo!

M.: ¡Ya basta!



189. El señor Cohen, discípulo residente, estaba hablando del método del yoga.

El Maharshi observó: —El primer sutra de Patanjali es aplicable a todos los sistemas de yoga. El objetivo es la cesación de las actividades mentales. Los métodos difieren. Mientras haya esfuerzo efectuado hacia la meta, eso se llama yoga. El esfuerzo es el yoga.

La cesación puede efectuarse de muchas maneras.

1) Examinar la mente misma. Cuando la mente es examinada, sus actividades cesan automáticamente. Éste es el método del jnana. La mente pura es el Sí mismo.

2) Buscar la fuente de la mente es otro método. Puede decirse que la fuente es Dios, el Sí mismo o la consciencia.

3) Concentrarse sobre un solo pensamiento hace que todos los demás pensamientos desaparezcan. Finalmente, ese pensamiento también desaparece; y

4) Hatha Yoga.

Todos los métodos son uno y el mismo puesto que todos tienden a la misma meta.

Es necesario estar consciente mientras se controlan los pensamientos. De lo contrario, eso conducirá al sueño. Esa consciencia, el factor principal, se indica por el hecho de que Patanjali enfatiza pratyahara, dharana, dhyana y samadhi después del pranayama. El pranayama estabiliza a la mente y suprime los pensamientos. Entonces, ¿por qué desarrollarse más? Porque entonces la consciencia es el único factor necesario. Esos estados pueden ser imitados tomando morfina, cloroformo, etc. No llevan a MOKSHA porque falta la consciencia.





3 de junio de 1936



190. Durante la conversación, el Maharshi explicó:

—¿Quién desea la liberación? Todo el mundo sólo quiere la felicidad —la felicidad como se encuentra en el goce de los sentidos. Esta pregunta fue formulada a un Gurú, y éste respondió: «Así es. Esa felicidad que es resultado del goce de los sentidos es la misma que la de la liberación. El deseo de esa liberación es una de las cuatro cualifica-ciones para su obtención. Esto es común a todos. Así pues, todos son candidatos para este conocimiento —el conocimiento del Sí mismo».

De hecho, puede no encontrarse ningún individuo en el mundo que posea todas las cualidades de perfección necesarias para un aspirante, como las que se mencionan en los Yoga Sutras, etc. Sin embargo, la búsqueda del conocimiento del Sí mismo no debe ser abandonada.

Todo el mundo es el Sí mismo por su propia experiencia. Empero, no es consciente, identifica al Sí mismo con el cuerpo, y se siente miserable. Éste es el más grande de todos los misterios. Uno es el Sí mismo. ¿Por qué no permanecer como el Sí mismo y acabar con las miserias?

Al comienzo, a uno tiene que decírsele que él no es el cuerpo, porque piensa que él es solo el cuerpo. Mientras que él es el cuerpo y todo lo demás. El cuerpo es sólo una parte. Que lo sepa finalmente. Primero, debe discernir entre la consciencia y la insenciencia, y ser solo la consciencia. Más tarde, que comprenda que la insenciencia no es aparte de la consciencia.

Esto es discriminación (viveka). La discriminación inicial debe persistir hasta el final. Su fruto es la liberación.



191. El Maharshi observó: —El libre albedrío y el destino son siempre existentes. El destino es el resultado de la acción pasada; concierne al cuerpo. Que el cuerpo actúe como mejor le cuadre. ¿Por qué se preocupa por él? ¿Por qué le presta atención? El libre albedrío y el destino duran mientras dura el cuerpo. Pero la sabiduría (jnana) trasciende a ambos. El Sí mismo es más allá del conocimiento y la ignorancia. Si acontece algo, acontece como resultado de las acciones pasadas de uno, de la voluntad divina y de otros factores.



192. El señor Subba Rao, un visitante de Amalapuram, preguntó:

—¿Cómo controlar la mente?

M.: Apodérese de la mente.

D.: ¿Cómo?

M.: La mente es intangible. De hecho, no existe. La manera más segura de contro-larla es buscarla. Entonces sus actividades cesan.





6 de junio de 1936



193. El señor Jharka, un caballero de la Universidad de Benarés, doctorado en artes y ciencias, dijo que estaba apesadumbrado por el fallecimiento de su esposa y sus hijos. Buscaba la paz de la mente y preguntaba cómo obtenerla.

M.: El nacimiento y la muerte, el placer y el dolor, y, en suma, el mundo y el ego sólo existen en la mente. Si la mente es destruida, todos éstos son destruidos también. Advierta que debe ser aniquilada, no solo hacerla latente. Pues la mente está dormida en el sueño profundo. En el sueño profundo la mente no sabe nada. Sin embargo, al desper-tar, usted es como era antes. No ha habido ningún fin de la aflicción. Pero si se destruye la mente, la aflicción no tendrá ningún soporte y desaparecerá junto con la mente.

D.: ¿Cómo destruir la mente?

M.: Busque a la mente. Al buscarla, ella desaparecerá.

D.: Yo no comprendo.

M.: La mente es sólo un montón de pensamientos. Los pensamientos surgen debido a que hay el pensador. El pensador es el ego. Si el ego es buscado, se desvanecerá au-tomáticamente. El ego y la mente son lo mismo. El ego es el pensamiento-raíz del que surgen todos los demás pensamientos.

D.: ¿Cómo buscar la mente?

M.: Indague dentro. Usted es consciente ahora de que la mente surge de dentro. Así pues, sumérjase dentro y busque.

D.: Yo no comprendo todavía cómo ha de hacerse.

M.: Usted está practicando el control del soplo. El control del soplo mecánico no le llevará a uno a la meta. Es sólo una ayuda. Al hacerlo mecánicamente, cuídese de estar alerta en la mente, recuerde el pensamiento «yo» y busque su fuente. Entonces encon-trará que donde el soplo se sumerge, ahí surge el pensamiento «yo». Ellos se sumergen y emergen juntos. El pensamiento «yo» también se sumergirá junto con el soplo. Si-multáneamente, otro «yo—yo» luminoso e infinito, devendrá manifiesto, el cual será continuo e ininterrumpido. Eso es la meta. Se lo llama por diferentes nombres —Dios, Sí mismo, Kundalini, Sakti, Consciencia, Yoga, Bhakti, Jnana, etc.

D.: Todavía no está claro.

M.: Cuando se haga el intento, ello mismo le llevará a usted a la meta.





9 de junio de 1936



194. Un visitante preguntó sobre los tres métodos mencionados en el Ramana Gita —capítulo II.

El Maharshi señaló que la retención del soplo es una ayuda para controlar la mente, es decir, para la supresión o la aniquilación de los pensamientos. Una persona puede practicar el control del soplo, es decir, la inhalación, la exhalación y la retención o sólo la retención. Sin embargo, otro tipo de meditador practicante, al controlar la mente, con-trola el soplo, y su retención resulta automáticamente. Observar la inhalación y la ex-halación es también control del soplo. Estos métodos son tres solo aparentemente. En realidad, solo hay uno, porque llevan a la misma meta. Sin embargo, se adoptan diferen-temente según la etapa del aspirante y su predisposición o tendencias precedentes. En realidad sólo hay dos métodos: la indagación y la devoción. Uno lleva al otro.

D.: Al buscar el «yo» no hay nada que ver.

M.: Debido a que usted está acostumbrado a identificarse con el cuerpo y a identifi-car la vista con los ojos, por eso dice que no ve nada. ¿Qué es lo que hay que ver? ¿Quién tiene que ver? ¿Cómo ver? Sólo hay una consciencia que, al manifestarse como el pensamiento «yo», se identifica con el cuerpo, se proyecta a través de los ojos y ve los objetos alrededor. El individuo está limitado en el estado de vigilia y espera ver algo diferente. La evidencia de sus sentidos será el sello de autoridad. Pero no admitirá que el veedor, lo visto y la visión son todos manifestaciones de la misma consciencia —a saber, «yo—yo». La contemplación le ayuda a uno a vencer la ilusión de que el Sí mismo debe ser visual. En verdad, no hay nada visual. ¿Cómo siente usted el «yo» ahora? ¿Se pone un espejo ante usted para conocer a su propio ser? La consciencia es el «yo». Compréndalo, y eso es la verdad.

D.: Al indagar en el origen de los pensamientos hay una percepción de «yo». Pero eso no me satisface.

M.: Muy bien. La percepción de «yo» está asociada con una forma, quizás el cuerpo. No debe asociarse nada con el puro Sí mismo. El Sí mismo es la Realidad pura e inaso-ciada, en cuya luz brillan el cuerpo, el ego, etc. Al aquietarse todos los pensamientos, queda la consciencia pura.

Justo al despertar del sueño profundo y antes de devenir consciente del mundo, hay ese «yo—yo» puro. Aférrese a él sin dormitar y sin permitir que los pensamientos le posean. Si eso es aferrado firmemente, no importa que se vea el mundo. El veedor per-manece inafectado por los fenómenos.



195. Hoy han llegado Gui y Shirin Byramji, dos señoras parsis de Ahmedabad. Por la noche hablaron al Maharshi: —¡Bhagaván! Nosotros hemos tenido inclinaciones es-pirituales desde nuestra niñez. Hemos leído varios libros sobre filosofía, y somos atraídos por el Vedanta. Por eso leímos las Upanishads, el Yoga Vasishtha, la Bhagavad Gita, etc. Tratamos de meditar, pero no hay ningún progreso en nuestra meditación. No comprendemos cómo realizar. ¿Puede usted ayudarnos hacia la realización?

M.: ¿Cómo medita usted?

D.: Comienzo por preguntarme: «¿Quién soy yo?», para eliminar el cuerpo como no «yo», el soplo como no «yo», y la mente como no «yo» y no soy capaz de seguir más allá.

M.: Bien, eso es en lo que atañe al intelecto. Su proceso es sólo intelectual. En ver-dad, todas las escrituras mencionan al proceso sólo para guiar al buscador a conocer la Verdad. La Verdad no puede ser señalada directamente. De ahí este proceso intelectual.

Vea, el que elimina todos los no yo, no puede eliminar al «yo». Para decir «yo no soy esto» o «yo soy eso» debe estar el «yo». Este «yo» es solo el ego, o el pensamiento «yo». Después del surgimiento de este pensamiento «yo», surgen todos los demás pen-samientos. Por consiguiente, el pensamiento «yo» es el pensamiento-raíz. Si se arranca la raíz, se arrancan al mismo tiempo todos los demás. Por consiguiente, busque la raíz «yo», pregúntese a usted misma: «¿Quién soy yo?»; encuentre su fuente. Entonces, todo esto se desvanecerá, y el puro Sí mismo permanecerá siempre.

D.: ¿Cómo hacerlo?

M.: El «yo» está siempre aquí —en el sueño profundo, en el sueño con sueños y en la vigilia. El que está en el sueño profundo es el mismo que el que habla ahora. Hay siempre la sensación de «yo». ¿Acaso niega usted su existencia? No la niega. Usted dice: «yo soy». Encuentre quién es.

D.: Aún así, no comprendo. «Yo», dice usted, es el «yo» falso ahora. ¿Cómo elimi-nar este «yo» falso?

M.: Usted no necesita eliminar al «yo» falso. ¿Cómo puede «yo» eliminarse a sí mismo? —Todo lo que necesita es encontrar su origen y permanecer ahí. Sus esfuerzos sólo pueden extenderse hasta ahí. Entonces, el Más Allá cuidará de sí mismo. Ahí usted está desamparado. Ningún esfuerzo puede alcanzarlo.

D.: Si «yo» soy siempre —aquí y ahora, ¿por qué no lo siento así?

M.: Eso es. ¿Quién dice que no se siente? ¿Lo dice el «yo» real o el «yo» falso? Examínelo. Encontrará que es el «yo» falso. El «yo» falso es la obstrucción. Tiene que ser eliminado para que el «yo» verdadero no pueda ser ocultado. La sensación de que yo no he realizado es la obstrucción a la realización. De hecho, ya está realizado; no hay nada más que realizar. De lo contrario, la realización será nueva; no ha existido hasta aquí, y debe tener lugar después. Lo que nace, morirá. Si la realización no es eterna, no vale la pena obtenerla. Por consiguiente, lo que buscamos no es algo que debe acontecer como si fuera nuevo. Es sólo eso que es eterno, pero que ahora no se conoce debido a las obstrucciones; eso es lo que buscamos. Todo lo que necesitamos hacer es eliminar la obstrucción. Eso que es eterno no se conoce que es eterno debido a la ignorancia. La ignorancia es la obstrucción. Deshágase de esta ignorancia y todo irá bien.

La ignorancia es idéntica al pensamiento «yo». Encuentre su fuente y se desvanecerá.

El pensamiento «yo» es como un espíritu que, aunque no es palpable, surge simultá-neamente con el cuerpo, florece y desaparece con él. La consciencia del cuerpo es el «yo» falso. Abandone esta consciencia del cuerpo. Esto se hace buscando la fuente del «yo». El cuerpo no dice «yo soy». ¡Es usted quien dice «yo soy el cuerpo»! Encuentre quién es este «yo». Al buscar su fuente, se desvanecerá.

D.: Entonces, ¿habrá felicidad?

M.: La Felicidad es simultánea con el Ser-Consciencia. Todos los argumentos rela-tivos al Ser eterno de esa Felicidad se aplican también a la Felicidad. Su naturaleza es Felicidad. La ignorancia está ocultando ahora esa Felicidad. Elimine la ignorancia para que la Felicidad sea liberada.

D.: ¿No debemos encontrar la realidad última del mundo, del individuo y de Dios?

M.: Todos éstos son concepciones del «yo». Sólo surgen después del advenimiento del pensamiento «yo». ¿Pensó usted en ellos en su sueño profundo? Usted existía en el sueño profundo, y el mismo usted está hablando ahora. Si esas concepciones fueran re-ales, ¿no estarían también en su sueño profundo? Esas concepciones sólo dependen del pensamiento «yo». Asimismo, ¿le dice a usted el mundo: «yo soy el mundo»? ¿Le dice a usted el cuerpo: «yo soy el cuerpo»? Es usted quien dice: «éste es el mundo», «éste es el cuerpo», y así sucesivamente. Así pues, éstos son sólo sus concepciones. Averigüe quién es usted y todas sus dudas terminarán.

D.: ¿Qué ocurre con el cuerpo después de la realización? ¿Existe o no? Nosotros vemos a los seres realizados actuar como los demás.

M.: Esta pregunta no es necesario hacerla ahora. ¡Que se haga después de la realiza-ción, si necesita hacerse! En cuanto a los seres realizados, deje que cuiden de sí mismos. ¿Por qué preocuparse por ellos?

De hecho, después de la realización, el cuerpo y todo lo demás no aparecerán dife-rentes del Sí mismo.

D.: Puesto que Dios es siempre Ser-Consciencia-Felicidad, ¿por qué nos pone en di-ficultades? ¿Por qué nos ha creado?

M.: ¿Acaso viene Dios y le dice que le ha puesto a usted en dificultades? Es usted quien lo dice. Se trata nuevamente del «yo» falso. Si desaparece, no habrá nadie para decir que Dios ha creado esto o aquello.

Eso que es, ni siquiera dice «yo soy». Porque, ¿acaso surge la duda de que «yo no soy»? Sólo en ese caso uno debería estarse recordando: «yo soy un hombre». Pero uno no lo hace. Por otra parte, si surge una duda sobre si el hombre es una vaca o un búfalo, ¿tiene que recordarse que él no es una vaca, etc., sino «yo soy un hombre»? Esto no ocurre nunca. Similarmente ocurre con la propia existencia y realización de uno.





10 de junio de 1936



196. Algunas señoras preguntaron si hay renacimiento de un hombre como un animal más bajo.

M.: Sí. Es posible, como lo ilustrara Jada Bharata —la anécdota de las escrituras re-lativa a un sabio real que había renacido como un ciervo.

D.: ¿Es capaz el individuo de progreso espiritual en el cuerpo de un animal?

M.: No es improbable, aunque es sumamente raro.

D.: ¿Qué es la Gracia del Gurú? ¿Cómo opera?

M.: El Gurú es el Sí mismo.

D.: ¿Cómo lleva a la realización?

M.: Isvaro gururatmeti… (Dios es lo mismo que el Gurú y el Sí mismo…). Una persona comienza con insatisfacción. No contenta con el mundo, busca la satisfacción de los deseos con plegarias a Dios; entonces su mente se purifica; entonces anhela conocer a Dios más que satisfacer sus deseos carnales. Entonces comienza a manifestarse la Gracia de Dios. Dios toma la forma de un Gurú y se aparece al devoto; le enseña la Verdad; purifica la mente con sus enseñanzas y su contacto; la mente gana fuerza, es capaz de volverse hacia adentro; con la meditación se purifica todavía más, y, eventualmente, permanece quieta sin la más mínima agitación. Esa quietud es el Sí mismo. El Gurú es a la vez exterior e interior. Desde el exterior, el Gurú da un impulso a la mente para que se vuelva hacia adentro; desde el interior tira de la mente hacia el Sí mismo y la ayuda a obtener la quietud. Eso es la Gracia.

De ahí que no hay diferencia entre Dios, el Gurú y el Sí mismo.



197. Las señoras hicieron más tarde varias preguntas relativas a su presente incapa-cidad para realizar lo ya realizado, el Sí mismo eterno. El signo de la Realización sería la Felicidad, la cual estaba ausente.

El Maharshi dijo: —Hay sólo una consciencia. Pero hablamos de varios tipos de consciencia, como la consciencia del cuerpo o la consciencia del Sí mismo. Son sólo estados relativos de la misma consciencia Absoluta. Sin consciencia, el tiempo y el es-pacio no existen. Ellos aparecen en la consciencia. Es como una pantalla sobre la cual éstos son proyectados como imágenes y se mueven como en una película de cine. La consciencia Absoluta es nuestra naturaleza real.

D.: ¿De dónde surgen estos objetos?

M.: Justamente de donde surge usted. Conozca al sujeto primero y entonces pregun-te sobre el objeto.

D.: Eso es sólo un aspecto de la cuestión.

M.: El sujeto comprehende al objeto también. Ese único aspecto es un aspecto om-nicomprehensivo. Véase a usted misma primero y entonces vea los objetos. Lo que no está en usted, no puede aparecer fuera.

D.: Yo no estoy satisfecha.

M.: La satisfacción sólo puede ser cuando usted llega a la fuente. De lo contrario, existe la inquietud.

D.: ¿Es el Ser Supremo con o sin atributos?

M.: Conozca primero si usted es con o sin atributos.

D.: ¿Qué es el samadhi?

M.: La propia naturaleza verdadera de uno.

D.: ¿Por qué es entonces necesario el esfuerzo para alcanzarlo?

M.: ¿De quién es el esfuerzo?

D.: El Maharshi sabe que yo soy ignorante.

M.: ¿Sabe usted que es ignorante? El conocimiento de la ignorancia no es ignorancia.

Todas las Escrituras tienen como único objetivo investigar si hay dos consciencias. La experiencia de cada uno prueba la existencia de una única consciencia. ¿Puede esa consciencia dividirse a sí misma en dos? ¿Se siente alguna división en el Sí mismo? Al despertar del sueño profundo uno encuentra que es el mismo tanto en el estado de vigilia como en el estado de sueño profundo. Esa es la experiencia de cada uno. La diferencia radica en la búsqueda, en la perspectiva. Esta diferencia surge porque imagina que usted, el veedor, está separado de la experiencia. La experiencia demuestra que su ser es el mismo siempre.

D.: ¿De dónde vino la ignorancia?

M.: No hay ninguna cosa tal como la ignorancia. La ignorancia no surge nunca. Cada uno es el Conocimiento mismo. Sólo que el Conocimiento no brilla fácilmente. La disipación de la ignorancia es la Sabiduría, la cual existe siempre: por ejemplo, el collar que permanece alrededor del cuello aunque se supone que se ha perdido, o cada uno de los diez necios que no se contaban a sí mismo y que sólo contaban a los demás. ¿Para quién es el conocimiento o la ignorancia?

D.: ¿No podemos avanzar desde lo externo a lo interno?

M.: ¿Hay alguna diferencia como esa? ¿Siente usted la diferencia —externo e inter-no— en su sueño profundo? Esta diferencia es sólo con referencia al cuerpo y surge con la consciencia del cuerpo (el pensamiento «yo»). El presunto estado de vigilia es él mismo una ilusión.

Vuelva su visión hacia adentro y entonces la totalidad del mundo estará llena del Espíritu Supremo. Se dice que el mundo es ilusión. La ilusión es realmente la Verdad. Incluso las ciencias materiales rastrean el origen del universo en alguna materia primor-dial única —sutil, sumamente sutil.

Dios es el mismo para aquellos que dicen que el mundo es real y para sus oponentes. Su perspectiva es diferente. Usted no necesita enredarse en tales discusiones. La meta es una sola y la misma para todos. Búsquela.





14 de junio de 1936



198. El señor Cohen deseaba una explicación del término «Luz resplandeciente» usado por Paul Brunton en el último capítulo de La India Secreta.

Maharshi: Puesto que la experiencia es sólo a través de la mente, primero aparece como un resplandor de luz. Las predisposiciones mentales todavía no están destruidas. Sin embargo, la mente está funcionando en su capacidad infinita en esta experiencia.

En cuanto al nirvikalpa samadhi, es decir, el samadhi de la no diferenciación (reposo indiferenciado, supremo y beatífico), consiste en la consciencia pura, que es capaz de iluminar el conocimiento o la ignorancia; también está más allá de la luz y la oscuridad. Que no es oscuridad, es cierto; ¿puede decirse no obstante que no es luz? En el momento presente, los objetos se perciben sólo en la luz. ¿Es erróneo decir que la realización del Sí mismo de uno requiere una luz? Aquí luz significaría la consciencia que se revela sólo como el Sí mismo.

Se dice que los yogis ven «fotismos» de colores y luces antes de la Realización del Sí mismo por la práctica del yoga.

En una ocasión, la Diosa Parvati practicó austeridades para realizar lo Supremo. Vio algunos tipos de luz. Ella las rechazó porque emanaban del Sí mismo, dejando al Sí mismo como estaba antes. Ella determinó que no eran lo supremo. Continuó Sus auste-ridades y experimentó una luz ilimitada. Determinó que esto era también sólo un fenó-meno y no la Realidad Suprema. Sin embargo, continuó Sus austeridades hasta que ob-tuvo la paz trascendental. Comprendió que eso era lo Supremo, y que el Sí mismo era la única Realidad.

La Taittiriya Upanishad dice: «Busca al Brahman a través de la penitencia». Y más adelante: «La penitencia es el Brahman». Otra Upanishad dice: «Eso mismo es peniten-cia que, a su vez, está hecha de sabiduría sólo». «Ahí el sol no brilla, ni la luna, ni las estrellas, ni el fuego; todos éstos brillan sólo por Su luz».



199. Las señoras parsis pidieron una ilustración que explicara por qué el Sí mismo, aunque siempre presente e intimísimo, no está siendo realizado.

El Maharshi citó las historias de (1) Svakanthabharanam katha —la historia del collar que estaba en el cuello sin ser detectado; (2) Dasama —la historia de los diez necios que sólo contaban nueve, omitiendo cada uno contarse a sí mismo; (3) la historia del cachorro de león, criado en un rebaño de cabras; (4) la historia de Karna, que no conocía su linaje regio; y (5) la historia del hijo de un rey, criado en una familia de clase baja.

Las señoras pidieron después la opinión del Maharshi sobre el Yoga de Sri Aurobin-do, y sobre su pretensión de haber superado las experiencias de los rishis védicos, y sobre la opinión de la Madre de que los discípulos de ella estaban capacitados como para comenzar con la realización de los rishis upanishádicos.

M.: Aurobindo aconseja la entrega completa. Hagamos primero eso y aguardemos los resultados, y discutámoslo más adelante, si fuera necesario; después, no ahora. No hay ninguna utilidad en discutir las experiencias trascendentales por aquellos que no se han despojado de sus limitaciones. Aprenda qué es la entrega. Es sumergirse en la fuente del ego. El ego se entrega al Sí mismo. Todo nos es querido debido al amor del Sí mismo. El Sí mismo es eso a lo que entregamos nuestro ego; y que el Poder Supremo, es decir, el Sí mismo, haga lo que quiera. El ego ya es del Sí mismo. Nosotros no tenemos ningún derecho sobre el ego, ni siquiera como él es. Sin embargo, suponiendo que los tuviéra-mos, debemos entregarlos.

D.: ¿Qué hay sobre hacer descender desde lo alto la consciencia divina?

M.: ¡Cómo si la consciencia divina no estuviera ya en el Corazón! «¡Oh Arjuna, yo estoy en la expansión del Corazón!», dice Sri Krishna. «El que está en el sol, está tam-bién en este hombre», dice un mantra de las Upanishads. «El Reino de Dios está de-ntro», dice la Biblia. Así pues, todos están de acuerdo en que Dios está dentro. ¿Qué hay que hacer descender? ¿De dónde? ¿Quién ha de hacer descender qué, y por qué?

La realización es sólo la eliminación de los obstáculos al reconocimiento de la Rea-lidad eterna e inmanente. La Realidad es. No se necesita llevarla de un lugar a otro.

D.: ¿Qué hay sobre la pretensión de Aurobindo de comenzar desde la Realización del Sí mismo y desarrollarla más allá?

M.: Primero realicemos y después veamos.

Entonces, el Maharshi comenzó a hablar de teorías similares: los Visishtadvaitins di-cen que primero se realiza al Sí mismo, y que el alma individual realizada se entrega al alma universal. Sólo entonces la realización es completa. La parte se entrega al todo. Eso es liberación y sayujya, unión. La simple Realización del Sí mismo se detiene al aislar el Sí mismo puro, dice el Visishtadvaita.

Los siddhas dicen que el que deja su cuerpo detrás como un cadáver no puede alcan-zar mukti, y que renace. Sólo aquéllos cuyos cuerpos se disuelven en el espacio, en la luz o lejos de la vista, alcanzan la liberación. Los advaitines de la escuela de Sankara se detienen en la Realización del Sí mismo, y esto no es el final, dicen los siddhas.

Hay también otros que ensalzan sus propias teorías favoritas como las mejores, por ejemplo, Venkataswami Rao de Kumbakonam, Brahmananda Yogi de Cuddappah, etc.

El hecho es éste: La Realidad es. No es afectada por ninguna discusión. Así pues, moremos como la Realidad y no nos prestemos a discusiones fútiles sobre su naturaleza, etc.





15 de junio de 1936



200. Un caballero de apariencia triste, procedente del Punjab, se anunció al Maharshi como habiendo sido dirigido a él por Sri Sankaracharya de Kamakotipitam, de Jalesvar, cerca de Puri, en Jagannath. El caballero ha recorrido el mundo. Ha practicado Hatha Yoga y algo de contemplación, siguiendo los lineamientos de «yo soy el Brahman». En breves momentos prevalece un vacío, su cerebro se acalora y tiene miedo de la muerte. Quiere la guía del Maharshi.

M.: ¿Quién ve el vacío?

D.: Yo sé que yo lo veo.

M.: La consciencia que ve el vacío es el Sí mismo.

D.: Eso no me satisface. Yo no puedo realizarlo.

M.: El miedo de la muerte es sólo después de que surge el pensamiento «yo». ¿A la muerte de quién tiene miedo usted? ¿Para quién es el miedo? Hay la identificación del Sí mismo con el cuerpo. Mientras haya esta identificación, habrá miedo.

D.: Pero yo no soy consciente de mi cuerpo.

M.: ¿Quién dice que no es consciente?

D.: No comprendo.

Entonces se le pidió que dijera cuál era exactamente su método de meditación. Él di-jo: —Aham Brahmasmi («yo soy el Brahman»).

M.: «Yo soy el Brahman» es sólo un pensamiento. ¿Quién lo dice? El Brahman mismo no lo dice. ¿Qué necesidad hay para Él de decirlo? Tampoco lo dice el «yo» real. Pues «yo» permanece siempre como el Brahman. Estar diciendo eso es sólo un pensa-miento. ¿De quién es el pensamiento? Todos los pensamientos son del «yo» irreal, es decir, del pensamiento «yo». Permanezca sin pensar. Mientras haya pensamiento, habrá miedo.

D.: Mientras sigo pensando en eso hay olvido, el cerebro se acalora y tengo miedo.

M.: Sí, la mente está concentrada en el cerebro, y de aquí que usted tenga una sensa-ción de calor ahí. Eso se debe al pensamiento «yo». Mientras haya pensamiento, habrá olvido. Hay el pensamiento «yo soy el Brahman»; sobreviene el olvido; entonces surge el pensamiento «yo» y simultáneamente el miedo de la muerte también. El olvido y el pensamiento son sólo para el pensamiento «yo». Apodérese de él y desaparecerá como un fantasma. Lo que queda es el «yo» real. Eso es el Sí mismo. «Yo soy el Brahman» es una ayuda a la concentración. Desaloje a los otros pensamientos. Sólo persiste ese único pensamiento. Vea de quién es ese pensamiento. Se encontrará que es de «yo». ¿De dónde es el pensamiento «yo»? Indáguelo. El pensamiento «yo» se desvanecerá. El Sí mismo Supremo brillará por sí mismo. No se necesita ningún esfuerzo más.

Cuando sólo quede el único «yo» Real, entonces no se dirá «yo soy el Brahman». ¿Acaso un hombre repite constantemente «yo soy un hombre»? A menos que sea desa-fiado, ¿por qué debe declararse como un hombre? ¿Acaso se confunde uno mismo con un animal, para que deba decirse: «No. Yo no soy un animal; yo soy un hombre»? Simi-larmente, puesto que sólo el Brahman o «yo» es, no hay nadie para desafiar-Le, y así no hay ninguna necesidad de estar repitiendo: «yo soy el Brahman».





17 de junio de 1936



201. El Señor Varma, Secretario de Finanzas del Departamento de Correos y Telé-grafos de la ciudad de Delhi, ha leído las obras de Paul Brunton, tituladas La India Se-creta y El Sendero Secreto. Perdió a su esposa con la que había tenido una vida feliz durante unos once o doce años. En su pesar busca consuelo. No encuentra consuelo le-yendo libros: quiere hacerlos pedazos. No tiene intención de hacer preguntas. Simple-mente quiere estar sentado aquí y obtener el consuelo que pueda en la presencia del Ma-harshi.

El Maharshi, como si siguiera un hilo de pensamientos, habló entonces de esta ma-nera: —Se dice que «la esposa es la mitad del cuerpo de uno». Así pues, su muerte es muy dolorosa. Sin embargo, este dolor se debe a la propia consideración de uno como un ser físico; desaparece si la comprensión de uno es la del Sí mismo. La Brahadaranyaka Upanishad dice: «La esposa es querida debido al amor del Sí mismo». Si la esposa y los demás son identificados con el Sí mismo, ¿cómo surgirá entonces el dolor? No obstante, esos desastres conmueven también a la mente de los filósofos.

Nosotros somos felices en el sueño profundo. Entonces permanecemos como el Sí mismo puro. Justamente ahora nosotros somos lo mismo. En ese sueño profundo no había ninguna esposa ni los otros, y ni siquiera «yo». Ellos devienen visibles ahora y hacen surgir el placer o el dolor. ¿Por qué el Sí mismo, que era feliz en el sueño profun-do, no continúa su feliz naturaleza incluso ahora? La única obstrucción a esa continuidad es la falsa identificación del Sí mismo con el cuerpo.

La Bhagavad Gita dice: «Lo irreal no tiene ningún ser; lo real no cesa de ser nunca; la verdad sobre ambos ha sido percibida por los veedores de la esencia de las cosas». «Lo real es siempre real, lo irreal es siempre irreal». Asimismo: «Él no nace, ni muere; ni, habiendo sido, cesa nunca de “ser”; innacido, perpetuo, antiguo eterno, él no es matado cuando es matado el cuerpo». Por consiguiente, no hay nacimiento ni muerte. La vigilia es nacimiento, y el sueño es muerte.

¿Estaba la esposa con usted cuando iba a la oficina, o en su sueño profundo? Ella es-taba lejos de usted. Usted estaba satisfecho porque pensaba que ella estaba en alguna parte. Mientras que ahora usted piensa que ella ya no es. La diferencia radica en los di-ferentes pensamientos. Esa es la causa del dolor. El dolor es debido al pensamiento del no ser de su esposa. Todo esto es la fechoría de la mente. Es esa amiga (es decir, la mente) la que crea el dolor para sí misma incluso cuando hay placer. Tanto el placer como el dolor son creaciones de la mente.

Además, ¿por qué llorar a los muertos? Ellos están libres de la esclavitud. La aflic-ción es la cadena forjada por la mente para atarse a sí misma a los muertos.

«¿Qué pasa si alguien muere? ¿Qué pasa si alguien se arruina? Muera usted mismo —arruínese usted mismo». En ese sentido, no hay ninguna aflicción después de la muerte de uno. ¿Qué se entiende por este tipo de muerte? La aniquilación del ego, aunque el cuerpo esté vivo. Si el ego persiste, el hombre tiene miedo de la muerte. El hombre llora la muerte de otros. No necesita llorar si muere antes que ellos (despertando del sueño del ego, lo cual equivale a matar el sentido del ego). La experiencia del sueño profundo enseña claramente que la felicidad consiste en ser sin el cuerpo. Los sabios también con-firman esto cuando hablan de la liberación después de que el cuerpo es abandonado. Así pues, el sabio está esperando despojarse del cuerpo. Así como el obrero que lleva una carga sobre su cabeza para ganar su salario, lleva el fardo sin ningún placer, lo transporta hasta su destino y finalmente lo descarga con alivio y alegría, así también el sabio lleva este cuerpo, esperando el momento debido y destinado para desecharlo. Si ahora usted está aliviado de la mitad del fardo, es decir, de la esposa, ¿no debe usted estar agradecido y ser feliz?

Sin embargo, usted no puede serlo debido a su perspectiva física.

¡Incluso hombres que deberían saber más y que han conocido la enseñanza sobre la liberación después de la muerte, etc., glorifican la liberación junto con el cuerpo y hacen llamada a algún poder misterioso para que mantenga el cuerpo eternamente vivo!

No habrá ningún dolor si la perspectiva física es abandonada y si la persona existe como el Sí mismo. Afligirse no es el indicio del amor verdadero. Delata al amor del objeto, de su forma únicamente. Eso no es amor. El amor verdadero se muestra por la certeza de que el objeto del amor está en el Sí mismo, y que nunca puede devenir no existente. (A este respecto, el Maharshi citó la historia de Ahalya e Indra, del Yoga Va-sishta).

Sin embargo, es cierto que, en esas ocasiones, el dolor sólo puede ser mitigado por la asociación con los sabios.





18 de junio de 1936



202. El Maharshi habló sobre la Iluminación del Sí mismo: El concepto «yo» es el ego. La Iluminación de yo es la Realización del Sí mismo Real. Está brillando siempre como «yo—yo» en la envoltura intelectual. Es Conocimiento puro; el conocimiento relativo es sólo un concepto. La felicidad de la envoltura de felicidad es también sólo un concepto. A menos que haya la experiencia, por sutil que sea, uno no puede decir: «He dormido felizmente». Desde su intelecto, uno habla de su envoltura de felicidad. La felicidad del sueño profundo es sólo un concepto para esa persona, lo mismo que el inte-lecto. Sin embargo, el concepto de experiencia es enormemente sutil en el sueño pro-fundo. La experiencia no es posible sin el conocimiento simultáneo de ella (es decir, el conocimiento relativo).

La naturaleza inherente del Sí mismo es la Felicidad. Ha de admitirse algún tipo de conocimiento, incluso en la realización de la Felicidad Suprema. Puede decirse que es más sutil que lo más sutil.

La palabra vijnana (conocimiento claro) se usa tanto para denotar la Realización del Sí mismo como el conocimiento de los objetos. El Sí mismo es sabiduría. Funciona de dos maneras. Cuando se asocia con el ego, el conocimiento es objetivo (vijnana). Cuan-do se desviste del ego y se realiza el Sí mismo Universal, también se llama vijnana. La palabra suscita un concepto mental. Por consiguiente, nosotros decimos que el Sabio Autorrealizado conoce por su mente, pero su mente es pura. También, decimos que la mente que vibra es impura, y que la mente serena es pura. La mente pura es ella misma el Brahman; por consiguiente, se sigue que el Brahman no es otro que la mente del sabio.

La Mundaka Upanishad dice: «El conocedor del Brahman deviene el Sí mismo del Brahman». ¿No es cómico? ¿Conocer-Le y devenir-Le? Son meras palabras. El sabio es el Brahman: eso es todo. El funcionamiento de la mente es necesario para comunicar su experiencia. Se dice que él está contemplando la expansión ininterrumpida. También se dice que el Creador, Suka y otros no se apartan nunca de esa contemplación.

Esa «contemplación» es nuevamente una mera palabra. ¿Cómo ha de contemplarse eso a menos que esté dividido (en el contemplador y lo contemplado)? Cuando no está dividido, ¿cómo es posible la contemplación? ¿Qué función podrá tener lo Infinito? ¿Acaso decimos que un río después de su desembocadura en el océano ha devenido un río de apariencia oceánica? ¿Por qué debemos hablar entonces de la contemplación que ha devenido ininterrumpida, como si fuera la del Infinito ininterrumpido? Esta afirma-ción debe comprenderse en el espíritu en el que se hace. Significa la submersión en lo Infinito.

La Iluminación del Sí mismo o la Realización del Sí mismo es similar a esto. El Sí mismo está brillando siempre. ¿Qué significa entonces esta «Iluminación de yo»? La expresión es una admisión implícita de la función de la mente.

Los dioses y los sabios experimentan lo Infinito continua y eternamente, sin que su visión sea obscurecida en ningún momento. Los espectadores suponen que sus mentes están funcionando; pero, de hecho, no funcionan. Esa suposición se debe al sentido de individualidad en aquellos que tienen tales inferencias. No hay ninguna función mental en ausencia de la individualidad. Las funciones de la individualidad y la mente son co-existentes. Una no puede permanecer sin la otra.

La luz del Sí mismo sólo puede experimentarse en la envoltura intelectual. Por tanto, el vijnana de cualquier tipo (del objeto o del Sí mismo) depende de que el Sí mismo sea Conocimiento Puro.





Además, el Maestro ejemplificó esto con la bola de hierro al rojo vivo (tapta-ayah-pindavat).


Una bola de hierro + fuego forman juntos la bola de hierro al rojo vivo. El Mundo + Chit = (Conocimiento Puro) forman juntos el jiva = el individuo.



99. Un caballero de Ambala preguntó: —¿Cuál es la explicación racional de que el sari de Draupadi era sin fin?

M.: Los asuntos espirituales no pueden ajustarse al racionalismo. La espiritualidad es trascendental. El milagro fue después que Draupadi se entregó. El secreto radica en la entrega.

D.: ¿Cómo llegar al Corazón?

M.: ¿Dónde está usted ahora que quiere llegar al Corazón? ¿Está usted aparte del Sí mismo?

D.: Yo estoy en mi cuerpo.

M.: ¿En un sitio en particular, o por todo él?

D.: En todo él. Yo me extiendo por todo el cuerpo.

M.: ¿Desde dónde se extiende usted?

D.: No lo sé.

M.: Sí. Usted está siempre en el Corazón. Usted no está nunca lejos de él de manera que tenga que llegar a él. Considere cómo está usted en el sueño profundo y en el estado de vigilia. Estos estados tampoco son suyos. Son del ego. La consciencia permanece la misma e indiferenciada siempre.

D.: Comprendo, pero no puedo sentirlo.

M.: ¿De quién es la ignorancia? Encuéntrelo.

D.: ¡Todo esto es muy difícil!

M.: La idea de dificultad es ella misma falsa. No le ayudará a obtener lo que usted quiere. Nuevamente pregunto:

«¿Quién lo encuentra difícil?»

D.: Veo que vuelvo a «yo».

M.: Porque usted es siempre eso y nunca está lejos de eso. No hay nada tan simple como ser el Sí mismo. No requiere ningún esfuerzo, ninguna ayuda. Uno tiene que des-pojarse de la falsa identidad, y ser en su estado eterno, natural e inherente.



100. El caballero antedicho volvió al día siguiente con un pedido. Dijo: —Se dice que uno debe recibir instrucción de un Gurú. La mera lectura de libros no es útil. Yo he leído muchos libros; pero de esa enseñanza no se obtiene ninguna ayuda práctica. Por favor, dígame lo que debo hacer, cómo debo hacerlo, en qué ocasiones, en qué lugares, y demás.

El Maestro permaneció silente. Su silencio parecía decir:

«Aquí y ahora, esté en paz y tranquilo. Eso es todo». Pero el interlocutor no pudo in-terpretarlo de ese modo; él quería algo concreto.



101. Al día siguiente, Sri Bhagaván dijo: —Estas gentes quieren algún japa, dhyana o yoga, o algo similar. ¿Qué más puede decírseles, sin decirles lo que han estado haciendo hasta ahora? Además, ¿por qué japa, phalasruti, etc.? ¿Quién es el que hace el japa? ¿Quién obtiene los frutos de ello? ¿No pueden contemplar al Sí mismo? O bien, incluso si otros les instruyen a hacer japa o dhyana, lo hacen durante algún tiempo, pero están buscando siempre algunos resultados, por ejemplo, visiones, sueños o poderes taumatúrgicos. Si no los encuentran, dicen que no están progresando o que el tapas no es efectivo. Las visiones y demás no son signos de progreso. El mero cumplimiento del tapas es también su progreso. Lo que se requiere es firmeza. Además, deben confiarse a su mantra o a su Dios, y esperar su Gracia. Pero no lo hacen. El japa, incluso pronun-ciado una sola vez, tiene su propio efecto bueno, ya sea que el individuo sea consciente de ello o no.





28 de noviembre de 1935



102. El señor Kishorilal, un funcionario de la Junta Directiva de los Ferrocarriles, del Gobierno de la India, trae saludos de Delhi. Se comporta con sencillez, amabilidad y dignidad. Padece úlcera gástrica y ha hecho arreglos para hospedarse en la ciudad.

Hace cinco años que emprendió el estudio de literatura devocional. Es un bhakta de Sri Krishna. Puede sentir a Krishna en todo lo que ve. Krishna se le ha aparecido a me-nudo y le ha hecho feliz. Su trabajo proseguía sin ningún esfuerzo por su parte. Todo parecía ser hecho para él por Krishna mismo.

Más tarde entró en contacto con un Mahatma que le aconsejó que estudiara el Ve-danta y que adoptara la nirakara upasana, es decir, la devoción al Ser sin forma. Desde entonces ha leído unos setecientos libros de filosofía y Vedanta, incluidos las Upanis-hads, el Ashtavakra, el Avadhuta y la Srimad Bhagavad Gita. También ha estudiado las obras de Sri Bhagaván en inglés y está muy impresionado por ellas.

Una vez, estando al borde mismo de la muerte, no le obsesionaba ningún otro pen-samiento que el no haber visitado todavía a Sri Bhagaván en su vida. Así pues, ha veni-do aquí para una visita corta. Sólo implora el contacto de Sri Bhagaván y Su Gracia.

El Maestro le dijo: —Atmaivaham gudakesa, es decir, yo soy el Atman; el Atman es el Gurú; y Atman es también la Gracia. Nadie permanece sin el Atman. Él está siempre en contacto. No es necesario ningún contacto externo.

D.: Comprendo. No me refiero al contacto externo.

M.: Nada es más íntimo que el Atman.

D.: Sri Krishna se me apareció nuevamente hace tres meses y me dijo: «¿Porqué me pides nirakara upasana? Es sólo sarva bhutesu cha atmanan sarva bhutani cha atmani. (El Sí mismo en todos y todos en el Sí mismo.)

M.: Eso contiene toda la verdad. Incluso esto es oupacharika (indirecto). De hecho, no hay nada sino el Atman. El mundo es sólo una proyección de la mente. La mente se origina desde el Atman. Así pues, sólo el Atman es el Único Ser.

D.: Pero es difícil de aprehender.

M.: No hay nada que aprehender. Es el estado nitya suddha buddha mukta (el estado eterno, puro, consciente y liberado). Es natural y eterno. No hay nada nuevo que obte-ner. Por otra parte, un hombre debe perder su ignorancia. Eso es todo.

Esta ignorancia debe ser rastreada hasta su origen. ¿Para quién es esta ignorancia? ¿De qué es uno ignorante? Hay el sujeto y el objeto. Esta dualidad es característica de la mente. La mente procede del Atman.

D.: Sí. La ignorancia misma no puede existir. (Finalmente, se abandonó diciendo: —Así como un médico sabe lo que anda mal en el paciente, y le trata acordemente, que así haga conmigo Sri Bhagaván. También dijo que había perdido toda inclinación a estudiar libros y a aprender de ellos.)



103. Yena asrutam srutam bhavati (Chandogya Upanishad). (Por cuyo conocimiento, todo lo no conocido deviene conocido).

Madhavasswami, asistente de Bhagaván, preguntó: —¿Hay nueve métodos de ense-ñanza del Mahavakya «Tatvvamasi» en la Chandogya Upanishad?

M.: No. No es así. El método es sólo uno. Uddalaka comenzó enseñando Sat eva Somya (Sólo hay el Ser…), ilustrándolo con el ayuno de Svetaketu.

(1) Sat, el Ser en el individuo, se hace evidente por el ayuno.

(2) Este Ser (sat) es similar en todos, como la miel recogida de diferentes flores.

(3) No hay diferencia en el sat de los individuos como lo ilustra el estado de sueño profundo. Surge esta pregunta: si esto es así, ¿por qué cada uno no lo conoce mientras está en el sueño profundo?

(4) Debido a que la individualidad se ha perdido. Sólo queda sat. Ilustración: los ríos se pierden en el océano. Si se pierden, ¿hay sat?

(5) Ciertamente —como cuando se poda un árbol y crece de nuevo. Eso es un signo seguro de su vida. Pero, ¿está ahí incluso en esa condición durmiente?

(6) Sí, tome el ejemplo de la sal y el agua. La presencia de la sal en el agua es sutil. Aunque invisible para el ojo, es reconocida por otros sentidos. ¿Cómo ha de conocerlo uno? ¿Cuál es el otro medio?

(7) Por la indagación, como el hombre abandonado en el bosque de Gandhara que regresó a su casa.

(8) En la evolución y la involución, en la manifestación y la disolución, sólo existe sat. Tejah parasyam, devatayam (la luz se sumerge en lo Supremo).

(9) Un hombre insincero es quemado por el contacto de la prueba del fuego. Su in-sinceridad es sacada a la luz por el fuego. La sinceridad es autoevidente. Un hombre veraz o un hombre que ha realizado el Sí mismo permanece feliz, sin ser afectado por las falsas apariencias (a saber, el mundo, el nacimiento y la muerte, etc.), mientras que el hombre falso o ignorante es miserable.





29 de noviembre de 1935



104. A las 8.45 de la mañana llegó el Swami Yogananda con otros cuatro. Es grueso, pero amable y bien ataviado. Tiene una cabellera oscura y suelta, que le cae sobre los hombros. El grupo había almorzado en el Asramam.

Su secretario, el señor C. R. Wright preguntó: —¿Cómo realizaré a Dios?

M.: Dios es una entidad desconocida. Además, Él es externo. Mientras que el Sí mismo está siempre con usted y es usted. ¿Por qué deja usted lo que es íntimo y va en busca de lo que es externo?

D.: ¿Qué es este Sí mismo?

M.: El Sí mismo es conocido por todos, pero no claramente. Usted existe siempre. El Ser es el Sí mismo. «Yo soy» es el nombre de Dios. De todas las definiciones de Dios, ninguna es ciertamente tan exacta como la expresión bíblica: «YO SOY EL QUE SOY», Exodo, capítulo 3. Hay otras expresiones, como Brahmaivaham, Aham Brahmasmi y Soham. Pero ninguna es tan directa como el nombre JEHOVAH = YO SOY. El Ser Absoluto es lo que es —Es el Sí mismo. Es Dios. Al conocer al Sí mismo se conoce a Dios. De hecho, Dios no es otro que el Sí mismo.

D.: ¿Por qué hay bien y mal?

M.: Esos son términos relativos. Debe haber un sujeto para conocer el bien y el mal. Ese sujeto es el ego. Rastree la fuente del ego. Ella acaba en el Sí mismo. La fuente del ego es Dios. Esta definición de Dios es probablemente más concreta y mejor compren-dida por usted.

D.: Así es. ¿Cómo obtener la Felicidad?

M.: La Felicidad no es algo que haya de ser obtenido. Por otra parte, usted es siem-pre Felicidad. Este deseo nace de la sensación de incompletud. ¿Para quién es esta sen-sación de incompletud? Indague. En el sueño profundo usted era feliz. Ahora no lo es. ¿Qué se ha interpuesto entre esa Felicidad y esta no felicidad? Es el ego. Busque su fuente y encuentre que usted es la Felicidad.

No hay nada nuevo que obtener. Por otra parte, usted tiene que deshacerse de su ig-norancia, la cual le hace pensar que usted es otro que Felicidad solo. ¿Para quién es esa ignorancia? Es para el ego. Rastree la fuente del ego. Entonces el ego se pierde y queda la Felicidad. La Felicidad es eterna. Usted es Eso, aquí y ahora… Ésa es la llave maestra para disolver todas las dudas. Las dudas surgen en la mente. La mente nace del ego. El ego surge del Sí mismo. Busque la fuente del ego y el Sí mismo se revela. Sólo queda Eso. El universo es sólo el Sí mismo expandido. No es diferente del Sí mismo.

D.: ¿Cuál es la mejor manera de vivir?

M.: Difiere según si uno es un jnani o un ajnani. Un jnani no encuentra nada dife-rente o separado del Sí mismo. Todos son en el Sí mismo. Es falso imaginar que hay el mundo, que hay un cuerpo en el mundo, y que usted mora en el cuerpo. Si se conoce la Verdad, se encontrará que el universo y lo que está más allá de él son sólo en el Sí mis-mo. La actitud difiere según la visión de la persona. La visión es del ojo. El ojo debe estar localizado en alguna parte. Si usted está viendo con los ojos groseros, entonces encuentra a los otros groseros. Si usted está viendo con los ojos sutiles (es decir, con la mente), los otros aparecen sutiles. Si el ojo deviene el Sí mismo, como el Sí mismo es infinito, el ojo es infinito. No hay nada más que ver diferente del Sí mismo.

El señor Wright agradeció al Maharshi. Se le dijo que la mejor manera de agradecer es permanecer siempre como el Sí mismo.



105. Más tarde, el Yogi preguntó: —¿Cómo ha de efectuarse la elevación espiritual de las personas? ¿Cuáles son las instrucciones que hay que darles?

M.: Las personas difieren según los temperamentos de los individuos y según la ma-durez espiritual de sus mentes. No puede haber ninguna instrucción en masa.

D.: ¿Por qué permite Dios el sufrimiento en el mundo? ¿No debe con su omnipoten-cia acabar con él de un solo golpe y ordenar la realización universal de Dios?

M.: El sufrimiento es el camino para la Realización de Dios.

D.: ¿No debe Él ordenarlo de otro modo?

M.: Ése es el camino.

D.: ¿Son antídotos del sufrimiento el Yoga, la religión, etc.?

M.: Le ayudan a vencer el sufrimiento.

D.: ¿Por qué debe haber sufrimiento?

M.: ¿Quién sufre? ¿Qué es el sufrimiento?

¡No hubo ninguna respuesta! Finalmente, el Yogi se levantó, pidió las bendiciones de Sri Bhagaván para su propia labor y expresó gran pesar por su apresurado regreso. Pa-recía muy sincero y devoto, e incluso emocionado.



106. Continuación del diálogo 103: Uddalaka explicó que todo procede de sat (como es ilustrado por el sueño profundo).

El cuerpo toma alimento. El alimento requiere agua. El agua requiere calor para di-gerir el alimento. (Tejo mularnanvichcha). Es sat parasyam devatayam (sumergido en el Ser). Si nosotros somos sat sampannah (sumergidos en el Ser), ¿cómo es que no nos damos cuenta?

M.: Así como la miel recogida de diferentes flores forma la masa de un panal, y cada gota no indica de dónde ha sido recogida, así también, en sat sampannah (sumergido en el Ser), como en el sueño profundo, la muerte, etc., las gentes no reconocen sus indi-vidualidades. Se deslizan en ese estado sin saberlo. Pero cuando despiertan, recuperan sus características individuales originales.

D.: La miel, aunque se recoja de diferentes flores, deviene la masa y no posee carac-terísticas individuales. Pero las partes individuales tampoco existen en las gotas y no regresan a sus fuentes. Mientras que los individuos, después de entrar en el sueño pro-fundo, despiertan individuos como antes. ¿Cómo es eso?

M.: Así como los ríos vertidos en el océano pierden sus individualidades, pero las aguas se evaporan y vuelven como lluvia sobre las montañas y a través de ríos al océano, así también, los individuos, al entrar en el sueño profundo, pierden sus individualidades, pero retornan como individuos según sus anteriores vasanas inconscientes. Así pues, sat no se pierde ni siquiera en la muerte.

D.: ¿Cómo puede ser eso?

M.: Vea cómo un árbol, cuyas ramas han sido cortadas crece de nuevo. Crecerá mientras no sea afectada la fuente de la vida. Similarmente, los samskaras (anamnesis) se sumergen en el corazón al producirse la muerte; no perecen. A su debido tiempo, brotarán del corazón. Así es como renacen los jivas.

D.: ¿Cómo brota el vasto universo de esos samskaras sutiles que permanecen su-mergidos en el corazón?

M.: Así como un gran baniano brota de una semilla minúscula, así también el vasto universo con nombres y formas brota del corazón.

D.: Si el origen es sat, ¿por qué no se siente?

M.: La sal en grano es visible; en solución es invisible. No obstante, su existencia es conocida por el gusto. Similarmente sat, aunque no es reconocido por el intelecto, sin embargo puede ser realizado de una manera diferente, es decir, trascendentemente.

D.: ¿Cómo?

M.: Así como un hombre con los ojos vendados y abandonado por los ladrones en una jungla pregunta por el camino a su casa y vuelve a ella, así también el ignorante (cegado por la ignorancia) pregunta a aquellos que no están cegados, busca su propia fuente y retorna a ella.

Por eso dice el Gurupadesa: «Vang manasi sampadyate, manah prane, pranastejasi, tejah parasyam devatayam iti».

D.: Si eso es así, un jnani o un ajnani mueren de la misma manera. ¿Por qué un aj-nani renace, mientras que un jnani no?

M.: Así como un hombre inocente, satyabhisandha, no es afectado por la prueba de tocar el hierro al rojo vivo, pero un ladrón sí es afectado, así también el sadbrahma sat-yabhisandha, es decir, un jnani, entra en sat conscientemente y se sumerge, mientras que el otro entra inconsciente y es arrojado también inconscientemente.





13 de diciembre de 1935



107. Dos caballeros de Ambala (en el Punjab) habían estado aquí unas cuantas se-manas. Justo antes de despedirse de Sri Bhagaván, uno de ellos preguntó cómo debería eliminar el torpor espiritual de sus amigos o de otras personas en general.

M.: ¿Ha eliminado usted su propio «torpor espiritual»? La fuerza que se ponga para eliminar su propio «torpor» operará también en otros centros. Hay la fuerza de la volun-tad con la que usted puede actuar sobre otros. Pero está en un plano inferior, y no es deseable. Primero, cuide de usted mismo.

D.: ¿Cómo eliminar mi propio «torpor»?

M.: ¿Para quién es el «torpor»? Indague. Vuelva adentro. Vuelva todas sus indaga-ciones hacia la búsqueda del Sí mismo. La fuerza puesta dentro de usted operará tam-bién en otros.





14 de diciembre de 1935



108. Una señora norteamericana preguntó al Bhagaván cuáles eran sus experiencias de samadhi. Cuando se le sugirió que era ella quien debía relatar sus experiencias y pre-guntar si eran correctas, replicó que las experiencias que debían ser correctas y que deb-ían ser conocidas eran las de Sri Bhagaván, mientras que las de ella no tenían importan-cia. Así pues, quería saber si Sri Bhagaván sentía su cuerpo caliente o frío en samadhi, si pasó los tres primeros años y medio de su estancia en Tiruvannamalai haciendo plegarias y así sucesivamente.

M.: El samadhi trasciende a la mente y el habla, y no puede ser descrito. Por ejem-plo, el estado de sueño profundo no puede ser descrito; el estado de samadhi puede ex-plicarse menos todavía.

D.: Pero yo sé que estoy inconsciente en el sueño profundo.

M.: La consciencia y la inconsciencia son sólo modos de la mente. El samadhi tras-ciende a la mente.

D.: Sin embargo, usted puede decir a qué se parece.

M.: Usted sólo lo sabrá cuando esté en samadhi.





16 de diciembre de 1935



109. Un caballero telegu preguntó sobre el Brahma bhavana.

M.: No pensar en «yo soy el Brahman» o «Todo es el Brahman» es ello mismo ji-vanmukti.

Entonces preguntó sobre la acción inspirada.

M.: ¡Que las actividades prosigan! Ellas no afectan al Sí mismo puro.





17 de diciembre de 1935



110. El señor Paul Brunton, mientras leía el Upadesa Manjari, se encontró con la afirmación de que el ego, el mundo y Dios son irreales. Deseaba usar una palabra dife-rente para Dios, o al menos un adjetivo cualitativo, como por ejemplo, la Fuerza Crea-dora o el Dios personal.

Sri Bhagaván explicó que Dios significa SAMASHTI, es decir, todo lo que es más el Ser— del mismo modo que «yo» significa el individuo más el Ser, y el mundo significa la variedad más el Ser. El Ser es real en todos los casos. El todo, la variedad y el indivi-duo son irreales en cada caso. Así también, en la unión de lo real y lo irreal, esa mezcla o la identificación falsa es errónea. Esto equivale a decir: sad-asad-vilakshana, es decir, trascender lo real y lo irreal —sat y asat. La realidad es eso que trasciende todos los conceptos, incluido el de Dios. En la medida en que se usa el nombre de Dios, no puede ser verdadero. La palabra hebrea Jehovah = (yo soy) expresa a Dios correctamente. El Ser Absoluto es más allá de la expresión.

La palabra no puede ser reemplazada ni necesita ser reemplazada. El caballero inglés dijo casualmente que, en épocas prehistóricas, había espiritualidad pero no un intelecto elevado, mientras que el intelecto se ha desarrollado ahora. Sri Bhagaván señaló que el intelecto plantea la pregunta «¿el intelecto de quién». La respuesta es, del Sí mismo. Así pues, el intelecto es un instrumento del Sí mismo. El Sí mismo usa al intelecto para medir la variedad. El intelecto no es el Sí mismo ni aparte del Sí mismo. Sólo el Sí mismo es eterno. El intelecto es sólo un fenómeno. Las gentes hablan del desarrollo de la variedad como si fuera el desarrollo del intelecto. El intelecto estaba desde siempre ahí. Dhata yatha parvam akalpayat (El Creador creó tal como antes). Considere su propio estado, día a día. No hay ningún intelecto en el sueño profundo. Pero ahora está aquí. No hay ningún intelecto en un niño. Se desarrolla con la edad. ¿Cómo podría haber mani-festación del intelecto sin su semilla en el estado de sueño profundo y en el niño? ¿Por qué recurrir a la historia para enseñar este hecho evidente? El nivel de la verdad de la historia es sólo el nivel de la verdad del individuo.



111. Un caballero telegu preguntó sobre el Karma Yoga. Sri Bhagaván dijo que el hombre debe actuar como un actor en el escenario. En todas las acciones hay el sat como el principio subyacente. «Recuérdelo y actúe». Preguntó sobre la pureza de la mente —chitta suddhi. Sri Bhagaván dijo que chitta suddhi consiste en dedicarse a un pensa-miento solo, con exclusión de todos los demás. A eso se lo llama de otro modo fijación de la mente. La práctica de la meditación purifica la mente.





23 de diciembre de 1935



112. El Barón Von Veltheim-Ostran, un Barón germanoriental, preguntó:

—Debe haber armonía entre conocimiento del Sí mismo y conocimiento del mundo. Deben desarrollarse juntos. ¿Es correcto? ¿Está de acuerdo el Maharshi?

M.: Sí.

D.: Más allá del intelecto y antes de que amanezca la sabiduría habrá imágenes del mundo que pasen ante la consciencia de uno. ¿Es así?

Sri Bhagaván señaló el pasaje paralelo del Dakshinamurti stotram para significar que las imágenes son como reflejos en un espejo; y también el de la Upanishad —como en el espejo, así en el mundo de los manes; como en el agua, así en el mundo de los Gandharvas; como sombra y luz solar en el Brahma Loka.

D.: ¿Hay despertar espiritual desde 1930 en todo el mundo? ¿Está de acuerdo el Maharshi?

El Maharshi dijo: —El desarrollo es acorde a su visión.

El Barón preguntó nuevamente si el Maharshi le induciría a un trance espiritual y le daría un mensaje —que fuera no pronunciado pero comprensible.

No se dio ninguna respuesta.





25 de diciembre de 1935



113. El señor M. Frydman: —Incluso sin ningún deseo inicial hay algunas experien-cias extrañas para nosotros. ¿De dónde surgen?

M.: El deseo puede no estar ahí ahora. Basta con que haya estado ahí antes. Aunque usted lo haya olvidado ahora, está dando fruto a su debido tiempo. Así es como se dice que al jnani aún le queda el prarabdha. Por supuesto, eso es sólo según el punto de vista de los demás.



114. D.: Se dice que el jiva está atado por el karma. ¿Es así?

M.: Que el karma goce sus frutos. Mientras usted sea el hacedor, usted será el dis-frutador.

D.: ¿Cómo liberarse del karma?

M.: Vea de quién es el karma. Encontrará que usted no es el hacedor. Entonces será libre. Esto requiere la Gracia de Dios, por la cual usted debe suplicar-Le, adorar-Le y meditar en Él.

El karma que tiene lugar sin esfuerzo, es decir, la acción involuntaria, no ata.

Incluso un jnani está actuando como se ve por sus movimientos corporales. No puede haber ningún karma sin esfuerzo o sin intenciones (sankalpas). Por consiguiente, hay sankalpas para todos. Son de dos tipos:

(1) uno, el que ata (bandha-hetu); y el otro (2), el que no ata (mukti-hetu). El primero debe ser abandonado, y el segundo debe ser cultivado. No hay ningún fruto sin un karma previo; no hay ningún karma sin un sankalpa previo. Incluso mukti debe ser el resultado del esfuerzo mientras persiste la sensación de ser el hacedor.



115. Un cingalés: —¿Cuál es el primer paso para la Realización del Sí mismo? Tenga a bien ayudarme hacia eso. Leer libros no tiene ninguna utilidad.

Otro: —La petición de este hombre es la de todos nosotros.

M.: Exactamente. Si el Sí mismo se encontrara en los libros, ya habría sido realizado. ¿Qué extrañeza puede ser más grande que el hecho de que busquemos al Sí mismo en los libros? ¿Puede ser encontrado ahí?

Por supuesto, los libros han dado a los lectores el sentido de hacer esta pregunta y de buscar al Sí mismo.

D.: Los libros son completamente inútiles. Pueden ser quemados todos. Sólo es útil la palabra hablada. Sólo la Gracia es útil.

Otros hablaron según sus propias luces, hasta que, finalmente, volvieron a la pregunta original, pero Sri Bhagaván permaneció silente.



116. El señor Rangachari, un pandit telegu del Colegio de Voorhes, en Vellore, pre-guntó sobre el nishkama karma. No hubo ninguna respuesta. Después de un rato, Sri Bhagaván subió la colina y le siguieron unos pocos, incluido el pandit. En el camino había una vara espinosa que Sri Bhagaván recogió; se sentó y empezó a trabajar pausa-damente en ella. Le cortó las espinas, alisó los nudos y pulió toda la vara con una hoja áspera. Toda esta operación duró unas seis horas. Todo el mundo quedó maravillado ante la delicada apariencia de aquella vara confeccionada con un material espinoso. Un pastorcillo hizo su aparición en el camino cuando el grupo se retiraba. Había perdido su vara y no sabía qué hacer. Inmediatamente, Sri Bhagaván puso la vara nueva en la mano del pastorcillo y se la entregó.

El pandit dijo que ésta era la respuesta evidente a su pregunta.



117. Al mismo tiempo había cuatro perros en el Asramam. Sri Bhagaván dijo que los perros no querrían aceptar ningún alimento que no hubiera sido compartido por Él mis-mo. El pandit quiso comprobarlo. Esparció un poco de alimento ante los perros, pero éstos no lo tocaron; entonces, Sri Bhagaván, después de un rato, puso un pequeño boca-do de aquel alimento en Su boca. Inmediatamente, los perros se abalanzaron y devoraron el alimento.



118. Más tarde, un hombre trajo dos pavos reales que tenían los ojos tapados. Cuan-do los soltó en presencia del Maharshi, los pavos escaparon volando hasta cierta distan-cia. Los traían de vuelta pero se volaban. Sri Bhagaván dijo entonces: —No es de nin-guna utilidad tratar de mantenerlos aquí. No están maduros en sus mentes como estos perros.

Por mucho que trataron de retener a los pavos reales, éstos no se quedaron allí ni si-quiera un minuto.



119. He aquí las conversaciones del Maestro con dos musulmanes en una ocasión anterior:

D.: ¿Tiene Dios una forma?

M.: ¿Quién dice eso?

D.: Bien, si Dios no tiene ninguna forma, ¿es conveniente adorar a los ídolos?

M.: Deje a Dios en paz porque Él es desconocido. ¿Qué hay sobre usted? ¿Tiene us-ted una forma?

D.: Sí. Yo soy esto; Fulano de Tal.

M.: Así pues, usted es un hombre con miembros, de tres codos y medios de alto, con barba, etc. ¿Es así?

D.: Ciertamente.

M.: Entonces, ¿se encuentra a usted mismo así en el sueño profundo?

D.: Al despertar percibo que estuve dormido profundamente. Así pues, por inferen-cia, yo permanecí así en el sueño profundo también.

M.: Si usted es el cuerpo, ¿por qué entierran al cadáver después de la muerte? El cuerpo debe negarse a ser enterrado.

D.: No, yo soy el jiva sutil dentro del cuerpo grosero.

M.: Así pues, usted ve que usted es realmente sin forma; pero actualmente se está identificando con el cuerpo. Mientras usted es con forma, ¿por qué no ha de adorar al Dios sin forma como si fuera con forma?

El interlocutor estaba desconcertado y perplejo.





1 de enero de 1936



120. Una multitud se había congregado aquí durante la Navidad.

D.: ¿Cómo obtener la Consciencia de la Unidad?

M.: Siendo la Consciencia de la Unidad, ¿cómo obtenerla? Su pregunta es su propia respuesta.

D.: ¿Qué es el Atman (el Sí mismo), el anatman (el no-sí mismo) y el Paramatman (el Supremo Sí mismo)?

M.: El Atman es el jivatman, el Sí mismo individual, y el resto es sencillo. El Sí mismo está siempre presente (nityasiddha). Todos quieren conocer al Sí mismo. ¿Qué tipo de ayuda requiere uno para conocerse a sí mismo? La gentes quieren ver al Sí mismo como algo nuevo. Pero es eterno y permanece el mismo siempre. Las gentes desean verlo como una luz deslumbrante, etc. ¿Cómo puede ser eso así? No es ni luz ni oscuridad (na tejo, na tarnah). Es sólo como es. No puede ser definido. La mejor definición es: «Yo soy el que YO SOY». La Sruti habla del Sí mismo como del tamaño del dedo pulgar, como la punta del pelo, como una chispa eléctrica, vasto, más sutil que lo más sutil, etc. De hecho, no tiene ningún fundamento. Es sólo Ser, pero diferente de lo real y lo irreal; es Conocimiento, pero diferente del conocimiento y la ignorancia. ¿Cómo puede ser definido? Es simplemente Ser.

Asimismo, Sri Bhagaván dijo que entre todos los textos del Thayumanavar prefería una estrofa que dice: «Al desaparecer el ego, otro “yo—yo” se manifiesta espontánea-mente en plena gloria», etc. Además, citó al Skandar Anubhuti: «Ni real, ni irreal; ni oscuridad ni luz, ello es».

Un hombre dijo que un siddha de Kumbakonam afirmaba vencer los defectos del sistema de Sri Sankara que sólo se ocupa del transcendentalismo y no de la vida cotidia-na. Uno debe ser capaz de ejercer los poderes sobrehumanos en la vida ordinaria, es decir, uno debe ser un siddha a fin de ser perfecto.

Sri Bhagaván señaló una estrofa del Thayumanavar que condena todos los siddhis. Además, dijo que el Thayumanavar menciona mouna (el silencio) en numerosos lugares pero lo define en un solo verso. Se dice que mouna es ese estado que se manifiesta es-pontáneamente después de la aniquilación del ego. Ese estado es más allá de la luz y la oscuridad, pero no obstante se llama luz puesto que no se puede encontrar ninguna otra palabra adecuada para él.





3 de enero de 1936



121. El doctor Mohammed Hafiz Syed, un profesor musulmán de persa y urdu en la Universidad de Allahabad, preguntó: —¿Cuál es el propósito de esta manifestación ex-terna?

M.: Esta manifestación ha inducido su pregunta.

D.: Es cierto. Estoy cubierto por maya. ¿Cómo ser libre de ella?

M.: ¿Quién está cubierto por maya? ¿Quién quiere ser libre?

D.: Maestro, cuando pregunta: «¿Quién?», sé que es mi yo ignorante, compuesto por los sentidos, la mente y el cuerpo. He intentado esta indagación del «¿Quién?» después de leer el libro de Paul Brunton. En tres o cuatro ocasiones sentí gozo, y ese gozo duró algún tiempo y desapareció. ¿Cómo establecerse en «yo»? Tenga a bien darme la clave y ayudarme.

M.: Lo que aparece como nuevo debe desaparecer también a su debido tiempo.

D.: Por favor, dígame cuál es el método de obtener la Verdad eterna.

M.: Usted es Eso. ¿Puede usted permanecer alguna vez aparte del Sí mismo? Ser us-ted mismo no requiere ningún esfuerzo, puesto que usted es siempre Eso.



122. Otro interlocutor impaciente elaboró largas premisas y acabó preguntando por qué algunos niños mueren prematuramente. Requirió la respuesta, no para satisfacer a los adultos que son espectadores, sino a los bebes que son las víctimas.

M.: ¡Que pregunten las víctimas! ¿Por qué pregunta usted y desea la respuesta desde el punto de vista del niño?



123. El profesor musulmán preguntó: —Cuando estoy aquí mi mente es sátvica; tan pronto como doy la espalda a esto, mi mente ansía muchos objetos!

M.: ¿Son los objetos diferentes de usted? No puede haber ningún objeto sin el suje-to.

D.: ¿Y cómo lo conoceré?

M.: Siendo Eso, ¿qué quiere usted conocer? ¿Hay dos sí mismos para que uno co-nozca al otro?

D.: Nuevamente, lo repito, señor, ¿cómo conocer la verdad de todo esto y cómo ex-perimentarlo?

M.: No hay ninguna obtención de algo nuevo. Todo lo que se requiere es librar al Sí mismo de la ignorancia. Esta ignorancia es la identificación del Sí mismo con el no-sí mismo.

D.: Sí. Todavía no comprendo. Debo tener su ayuda. Todo el mundo aquí está espe-rando su Gracia. Usted mismo debe haber buscado originalmente la ayuda de un Gurú o de Dios. Extienda esa Gracia a otros ahora y sálveme.

Antes de venir aquí, deseaba muchísimo verlo. Pero de alguna manera no podía en-contrar la oportunidad de hacerlo. En Bangalore me decidí a volver a mi casa. Me en-contré al señor Frydman y a otros que me enviaron aquí. Usted me ha arrastrado aquí. Mi caso es como el de Paul Brunton en Bombay, cuando fue arrastrado aquí habiendo cancelado su pasaje a casa.

A mi llegada, vacilé al principio. Me preguntaba si se me permitiría acercarme a usted y conversar con usted. Mis dudas pronto se aquietaron. Encuentro que aquí todos son iguales. Usted ha establecido una igualdad entre todos. Cené con usted y los demás. Si yo dijera esto a mi gente, en Uttar Pradesh, no lo creerían. Los brahmines no quieren beber agua conmigo ni masticar pan conmigo. Pero aquí usted me ha tomado a mí y a otros como yo en su rebaño. Aunque Gandhi se esfuerza duramente, no puede producir este estado de cosas en el país. Estoy muy feliz en su presencia.

Le considero a usted como Dios. Considero que Sri Krishna es el verdadero Dios porque Él ha dicho: «Quienquiera que adora, ese adorador sólo me adora a mí y yo le salvo». Mientras que todos los demás han dicho: «La salvación es sólo a través de mí (entendiéndose solo a sí mismo)». Sólo Krishna es de una mentalidad tan abierta y ha hablado como Dios. Usted observa el mismo tipo de igualdad.





4 de enero de 1936



124. El doctor Syed preguntó nuevamente: —Alguien deseoso de progresar espiri-tualmente ¿debe emprender la acción o la renuncia (pravritti-marga o nivritti-marga)?

M.: ¿Sale usted del Sí mismo? ¿Qué quiere decir por renuncia?

Un ingeniero norteamericano preguntó sobre sat-sanga (la asociación con los sabios).

M.: Sat está dentro de nosotros.

D.: Usted ha dicho, en el libro ¿Quién soy yo?, que el Corazón es la sede de la men-te. ¿Es eso así?

M.: La mente es Atman.

D.: ¿Es el Atman mismo, o es su proyección?

M.: Lo mismo.

D.: Los occidentales consideran a la mente como el principio más alto, mientras que los orientales piensan lo contrario —¿Por qué?

M.: Donde acaba la psicología, empieza la filosofía. Ésta es la experiencia: la mente nace; nosotros la vemos; nosotros existimos incluso sin la mente. Hay la experiencia de cada uno para probarlo.

D.: En el sueño profundo yo no parezco existir.

M.: Usted dice eso cuando despierta. Es la mente la que habla ahora. Usted existe en el sueño profundo más allá de la mente.

D.: La filosofía occidental admite al Sí mismo Superior influenciando a la mente.



125. El ingeniero norteamericano preguntó: —¿Tiene algún efecto la distancia sobre la Gracia?

M.: El tiempo y el espacio están dentro de nosotros. Usted está siempre en su Sí mismo. ¿Cómo le afectan el tiempo y el espacio?

D.: En la radio, aquellos que están más cerca la oyen más pronto. Usted es hindú, nosotros somos norteamericanos. ¿Constituye esto alguna diferencia?

M.: No.

D.: Hasta los pensamientos son leídos por otros.

M.: Eso muestra que todos somos uno.





5 de enero de 1936



126. Había algunas señoras y caballeros franceses y norteamericanos visitando el Asramam. Hicieron varias preguntas a Sri Bhagaván. Entre ellas, una era: ¿Cuál es el mensaje de Oriente para Occidente?

M.: Todos van a la misma meta.

A otra pregunta Sri Baghaván dijo: ¿Cómo dice usted «yo soy»? ¿Toma usted una lámpara para encontrarse? ¿O vino a saberlo leyendo libros? ¿Cómo?

El interlocutor dijo: —Por experiencia.

M.: Sí. Experiencia es la palabra. El conocimiento implica sujeto y objeto. Pero la experiencia no tiene fin, es eterna.





6 de enero de 1936



127. Visitó el lugar, por primera vez, un caballero de edad, que colaboró con el Swami B. V. Narasimha y que es autor de una obra Visishtadvaita. Preguntó sobre los renacimientos, y si es posible que el linga sarira (el cuerpo sutil) se disuelva y renazca a los dos años después de la muerte.

M.: Sí. Ciertamente. Uno no sólo puede renacer, sino que uno puede tener veinte, cuarenta o incluso setenta años de edad en el nuevo cuerpo aunque sólo sean dos años después de morir. (Sri Bhagaván citó la historia de Lila sacada del Yoga Vasishta).

Sreyo hi jnanam abhyasat jnanat dhyanam, dhyanat karmaphala tyagah.

Aquí jnana significa conocimiento sin práctica; abhyasa significa práctica sin cono-cimiento; y dhyana significa práctica con conocimiento.

El conocimiento sin práctica que lo acompañe es superior a la práctica sin conoci-miento. La práctica con conocimiento es superior al conocimiento sin práctica que lo acompañe. Karmaphala tyagah Nishkama karma como el de un jnani —la acción sin deseo— es superior al conocimiento con práctica.

D.: ¿Cuál es la diferencia entre yoga y entrega?

M.: La entrega es Bhakti Yoga. Llegar a la fuente del pensamiento «yo» es la des-trucción del ego, es la obtención de la meta, es prapatti (entrega), jnana, etc.



128. Lakshman Brahmachari, de la Misión de Sri Ramakrishna preguntó: —Puesto que la indagación de «¿Quién soy yo?» o del pensamiento «yo» es ella misma un pen-samiento, ¿cómo puede ser destruido en el proceso?

M.: Cuando las esposas de los rishis preguntaron a Sita en el bosque quién era su marido entre los rishis (estando Rama mismo presente allí como un rishi), ella negó a cada uno de los que le señalaron, y se limitó a bajar su cabeza cuando le señalaron a Rama. Su silencio fue elocuente.

Similarmente, los Vedas también son elocuentes en «neti, neti» (ni esto, ni esto), y luego permanecen silentes. Su silencio es el Estado Real. Ésta es la significación de la exposición por el silencio. Cuando se alcanza la fuente del pensamiento «yo», éste se desvanece y lo que queda es el Sí mismo.

D.: Los Yoga Sutras de Patanjali hablan de la identificación.

M.: La identificación con el Supremo es sólo el otro nombre para la destrucción del ego.



129. El señor Subba Rao preguntó: —¿Qué es mukhya prana (el prana principal)?

M.: Es eso de donde surgen el ego y el prana. A veces se lo llama Kundalini. La consciencia no nace en ningún tiempo, permanece eterna. Pero el ego nace; así también los otros pensamientos. Brillan asociados con la consciencia absoluta; no de otro modo.

D.: ¿Qué es moksha (la liberación)?

M.: Moksha es saber que usted no ha nacido. «Estad en quietud, y sabed que yo soy Dios».

Estar en quietud es no pensar. Sabed, y no pensad, es la palabra.

D.: Se dice que hay seis órganos de diferentes colores en el pecho, y se dice que el corazón tiene dos dedos de ancho y que está a la derecha de la línea media. Pero el Co-razón es también sin forma. ¿Debemos imaginar entonces que tiene una forma y meditar en ella?

M.: No. Sólo es necesaria la indagación «¿Quién soy yo?». Lo que queda, más allá del sueño profundo y la vigilia es lo mismo. Pero en la vigilia hay infelicidad y el es-fuerzo para eliminarla. Cuando se le pide que despierte del sueño profundo, usted dice: «yo». Ahora se le dice que se aferre a este «yo». Si se hace esto, el Ser eterno se revelará a Sí mismo. La indagación de «yo» es la cuestión, no la meditación en el centro del corazón. No hay nada como dentro o fuera. Ambos significan la misma cosa o nada.

Por supuesto, hay también la práctica de la meditación en el centro del corazón. Es sólo una práctica, no una investigación. Sólo el que medita en el corazón puede perma-necer consciente cuando la mente cesa de estar activa y permanece en quietud; mientras que aquellos que meditan en otros centros no pueden ser tan conscientes, sino inferir que la mente estuvo en quietud sólo después de haber devenido activa de nuevo.



130. Un hombre educado preguntó: —¿Hay un Ser Absoluto? ¿Cuál es su relación con la existencia relativa?

M.: ¿Son diferentes uno de la otra? Todas las preguntas surgen sólo en la mente. La mente surge con la vigilia y se sumerge en el sueño profundo. Mientras haya mente, habrá esas preguntas y dudas.

D.: Debe haber etapa tras etapa de progreso para ganar lo Absoluto. ¿Hay grados de Realidad?

M.: No hay grados de Realidad. Hay grados de experiencia para el jiva, pero no hay grados de Realidad. Si se puede obtener algo nuevo, también puede ser perdido, mien-tras que lo Absoluto es central —aquí y ahora.

D.: Si eso es así, ¿cómo permanezco ignorante de Ello (avarana)?

M.: ¿Para quién es esta ignorancia (este velo)? ¿Lo Absoluto le dice a usted que Ello está velado? Es el jiva el que dice que algo vela a lo Absoluto. Encuentre para quién es esta ignorancia.

D.: ¿Por qué hay imperfección en la Perfección? Es decir, ¿cómo lo Absoluto devie-ne relativo?

M.: ¿Para quién es esta relatividad? ¿Para quién es esta imperfección? Lo Absoluto no es imperfecto y no puede preguntar. Lo insenciente no puede hacer la pregunta. Entre los dos ha surgido algo que hace estas preguntas y que siente esta duda. ¿Quién es? ¿Es el que ha surgido ahora? ¿O es el que es eterno?

Siendo perfecto, ¿por qué se siente usted mismo imperfecto? Tal es la enseñanza de todas las religiones. Cualesquiera que puedan ser las experiencias, el experimentador es uno y el mismo.

«Yo» es purna —perfección. En el sueño profundo no hay ninguna diversidad. Esto indica perfección.

D.: Siendo perfecto, ¿por qué no lo siento?

M.: Tampoco se siente la imperfección en el sueño profundo. Siendo perfecto el «yo» en el sueño profundo, ¿por qué el «yo» de la vigilia se siente imperfecto? Porque el que se siente imperfecto es un brote falso, una diferenciación de lo Infinito —es una segregación de Dios.

D.: Yo soy el mismo en los tres estados. ¿Este ego me sumerge o yo me enredo a mí mismo en él?

M.: ¿Ha surgido algo sin usted?

D.: Yo soy siempre el mismo.

M.: Debido a que usted lo ve, esto parece haber surgido. ¿Siente usted esta dificul-tad en el sueño profundo? ¿Qué es nuevo ahora?

D.: Los sentidos y la mente.

M.: ¿Quién dice esto? ¿El que duerme profundamente? Si esto es así, entonces él debería haber hecho la pregunta en el sueño profundo también. Se ha perdido el poder del que duerme profundamente, y algún brote falso se ha diferenciado.

¿Puede aparecer algo nuevo sin eso que es eterno y perfecto? Este tipo de disputa es ella misma eterna. No se involucre en ella. Vuélvase hacia adentro y ponga fin a todo esto. No hay ninguna finalidad en las disputas.

D.: Muéstreme la Gracia que pone fin a todo este problema. No he venido aquí para argumentar. Yo sólo quiero aprender.

M.: Aprenda primero que usted es. Esto no requiere ningún sastra, ninguna erudi-ción. Esto es simple experiencia. El estado de ser es ahora y aquí siempre. Usted ha per-dido el poder de usted mismo y está pidiendo a otros que le guíen. El propósito de la filosofía es volverle a usted hacia adentro. «Si usted conoce a su Sí mismo, ningún mal puede venirle. Puesto que me ha preguntado, yo le he enseñado».

El ego sólo surge apoderándose de usted (el Sí mismo). Apodérese de usted mismo y el ego se desvanecerá. Hasta entonces el sabio seguirá diciendo: «Helo ahí» —Y el ig-norante seguirá preguntando: «¿Dónde?»

D.: El quid de la cuestión radica en «Conócete a Ti Mismo».

M.: Sí. Así es exactamente.



131. Hay dos escuelas en el Advaita: (1) Dmishti srishti (la creación simultánea); y (2) Srishti drishti (la creación gradual).

Hay el Advaita Tántrico que admite tres principios fundamentales: javat, jiva e Isva-ra: el mundo, el alma y Dios. Estos tres son también reales. Pero la realidad no termina con ellos. Se extiende más allá. Eso es el Advaita Tántrico. La Realidad es sin límites. Los tres principios fundamentales no existen aparte de la Realidad Absoluta. Todos co-inciden en que la Realidad es omnipenetrante; así pues, Isvara penetra al jiva; por con-siguiente, el jiva tiene un ser eterno. Su conocimiento no es limitado. El conocimiento limitado es sólo imaginado por él. En verdad, el suyo es conocimiento infinito. Su límite es el Silencio. Esta verdad fue revelada por Dakshinamurti. Para aquellos que todavía perciben estos tres principios fundamentales, se dice que son realidades. Son concomi-tantes con el ego.

Es cierto, a las imágenes de los dioses se las describe con gran detalle. Esa descrip-ción señala sólo a la Realidad final. De lo contrario, ¿por qué se da también el significa-do especial de cada detalle? Piénselo. La imagen es sólo un símbolo. Sólo eso que es más allá del nombre y la forma es la Realidad. El Saiva Siddhanta y el Vedanta tienen la meta común de la misma Verdad. De lo contrario, ¿cómo podría Sri Sankaracharya, el máximo expositor del Advaita, cantar las alabanzas de los dioses? Evidentemente, lo hizo así sabiendo lo que hacía.

El interlocutor explicó sinceramente que se había perturbado su fe en el Saiva Sidd-hanta, en el Vedanta, etc., después de leer textos bahaicos. Dijo: —Por favor, ¡sálveme!

M.: Conozca al Sí mismo que es aquí y ahora; usted se mantendrá firme y no vaci-lará.

D.: Los bahaístas leen las mentes de los demás.

M.: Sí. Eso es posible. Sus pensamientos fueron leídos por otro. Debe haber uno que conozca su mente. Esa es la Verdad siempre presente que ha de ser realizada. La Verdad no vacila.

D.: Muéstreme la Gracia.

M.: La Gracia siempre es, y no se da. ¿Por qué considera los pros y los contras de que Bahaullah u otros sean encarnaciones o no? Conózcase a Usted Mismo. Considere todo como la Verdad. Considérele a él también como la Verdad. ¿Puede existir él aparte de la Verdad? Las creencias de usted pueden cambiar, pero la Verdad no.

D.: Muéstreme la verdad del Siddhanta, etc.

M.: Siga sus instrucciones y, entonces, si usted tiene dudas, puede preguntar. Sólo la adherencia a esas instrucciones le llevará a mouna. Las diferencias se perciben sólo en los objetos externos. Si usted sigue sus instrucciones todas las diferencias se perderán. Nadie sino el hijo de un rey puede ser llamado príncipe; así también, sólo Eso que es perfecto es llamado Perfección.

Uno no debe contentarse con el mero discipulado, la iniciación, la ceremonia de en-trega, etc.; éstos son fenómenos externos. No olvide nunca la Verdad que subyace en todos los fenómenos.

D.: ¿Cuál es la significación del Silencio de Dakshinamurti?

M.: Son muchas las explicaciones que dan los eruditos y los sabios. Tome cualquiera que le plazca.





14 de enero de 1936



132. Se hizo una pregunta sobre el Corazón.

Sri Bhagaván dijo que uno debe buscar al Sí mismo y realizarlo. El Corazón repre-sentará su papel automáticamente. La sede de la realización es el Corazón. No puede decirse que esté dentro ni fuera.

D.: ¿Sintió Bhagaván al Corazón como el punto de la Realización en su primera o temprana experiencia?

M.: Comencé a usar esa palabra después de leer literatura sobre el tema. La relacioné con mi experiencia.





15 de enero de 1936



133. Tres señoras europeas, de la Conferencia Teosófica, vinieron aquí y preguntaron: —¿Todo el esquema, todo el Plan, es realmente bueno? ¿O tiene la naturaleza de un error, de una equivocación con la que tenemos que hacer lo mejor que podamos?

M.: El Plan es ciertamente bueno. El error está de nuestra parte. Cuando lo corregi-mos en nosotros mismos, todo el esquema deviene bueno.

D.: ¿Tiene usted alguna fórmula para enseñarnos a producirlo a través de una reme-moración de lo que hacemos durante el sueño profundo?

M.: No se necesita ninguna formula. Todo el mundo tiene la experiencia de que durmió felizmente y de que entonces no sabía nada. No se experimentó nada más.

D.: Esa respuesta no me satisface. Nosotros vagamos en el plano astral en nuestro sueño profundo, pero no lo recordamos.

M.: El plano astral se relaciona con los sueños, no con el sueño profundo.

D.: ¿Cuál considera usted que es la causa del sufrimiento en el mundo? ¿Y cómo podremos ayudar a cambiarlo: a) como individuos, o b) colectivamente?

M.: Realice el Sí mismo Real. Eso es todo lo que se necesita.

D.: ¿Podemos apresurar nuestra iluminación para un servicio mayor? ¿Y cómo?

M.: Puesto que nosotros no somos capaces de ayudarnos a nosotros mismos, de igual modo tenemos que entregarnos completamente a lo Supremo. Entonces Él cuidará de nosotros y también del mundo.

D.: ¿Qué considera usted la meta?

M.: La Realización del Sí mismo.

D.: ¿Hay alguna manera para encontrar al Gurú asignado para cada uno?

M.: La meditación intensa lo lleva cabo.



134. El Dr. G. H. Mees, un joven holandés, estuvo aquí unos días. Le preguntó a Sri Bhagaván: —Tengo una impresión de que en el sueño profundo tengo algo afín al sa-madhi. ¿Es así?

M.: Es el «yo» de la vigilia el que hace las preguntas —no el «yo» del sueño pro-fundo. Si usted alcanza el estado de sueño profundo despierto, que es lo mismo que el samadhi, mientras está todavía despierto, las dudas no surgirán.

El samadhi es el estado natural de uno. Es la corriente subterránea en los tres esta-dos. Esto —es decir, «yo»— no está en esos estados, pero estos estados están en Eso. Si obtenemos el samadhi en nuestro estado de vigilia, eso persistirá también en el sueño profundo. La distinción entre consciencia e inconsciencia pertenece al reino de la mente, que es trascendido por el estado del Sí mismo Real.

D.: ¿Es correcto o no el criterio budista de que no hay ninguna entidad continua que responda a las ideas del alma individual? Es esto coherente con la noción hindú sobre un ego que se reencarna? ¿Es el alma una entidad continua que se reencarna una y otra vez, según la doctrina hindú, o es un mero conjunto de tendencias mentales —samskaras?

M.: El Sí mismo Real es continuo e inafectado. El ego que se reencarna pertenece al plano más bajo, a saber, al pensamiento. Es trascendido por la Realización del Sí mismo.

Las reencarnaciones se deben a un brote falso. Por consiguiente, es negada por los budistas. El estado actual se debe a una mezcla de chit (senciente) con jada (insencien-te).



135. Lakshman Brahmachari, de la Misión de Sri Ramakrishna, preguntó: —¿Puede uno imaginarse a uno mismo como presenciador de los pensamientos?

M.: Ése no es el estado natural. Es sólo una idea (bhavana) —una ayuda para aquie-tar a la mente. El Sí mismo es siempre el presenciador, ya sea que se lo imagine así o no. No hay ninguna necesidad de imaginarlo así, excepto para ese propósito. Pero es mejor permanecer como el propio Sí mismo.



136. El Secretario de Finanzas de Mysore preguntó: —¿Es también útil para los in-dios el libro El Sendero Secreto, de Paul Brunton?

M.: Sí —para todos.

D.: El cuerpo, los sentidos, etc., no son «yo». Esto es común entre nosotros. ¿Pero cómo hay que practicarlo?

M.: Por el triple método que se menciona en el libro.

D.: ¿Es necesario para la indagación el control del soplo?

M.: No necesariamente.

D.: «Hay una nada que sobreviene», se dice en este libro.

M.: Sí. No se detenga ahí. Vea a quién aparece la nada.

D.: Para los devotos no hay ninguna nada, se dice.

M.: Incluso ahí, hay el estado latente, laya; la mente despierta después de algún tiempo.

D.: ¿Cuál es la experiencia de samadhi?

M.: Es como es. A quienes la presencian les puede parecer un desmayo. Incluso al practicante puede parecerle eso en sus primeras experiencias. Después de unas cuantas experiencias repetidas, todo estará bien.

D.: ¿Se calman los nadis, o son excitados por tales experiencias?

M.: Al principio son excitados. Por la experiencia continua, eso deviene común y el hombre ya no se excita.

D.: Proceder sobre líneas seguras no debe ser ningún desagrado. La excitación es in-congruente para aplacar el ser y trabajar.

M.: La mente que divaga está en el camino equivocado; sólo una mente devocional está en el camino correcto.





19 de enero de 1936



137. El señor Ellappa Chettiar, miembro del Consejo Legislativo de Salem, preguntó: —¿Es suficiente introvertir la mente o debemos meditar sobre «yo soy el Brahman»?

M.: Introvertir la mente es la cosa principal. Los budistas consideran que el flujo del pensamiento «yo» es la Liberación; mientras que nosotros decimos que ese flujo procede de su substratum subyacente —lo único— la Realidad.

¿Por qué debe uno meditar «yo soy el Brahman»? Sólo la aniquilación de «yo» es la Liberación. Pero ésta sólo puede obtenerse manteniendo el «yo—yo» siempre en vista. De ahí la necesidad de la investigación del pensamiento «yo». Si al «yo» no se le deja marchar, ninguna nada puede resultar para el buscador. Además, la meditación acabará en sueño.

Siempre hay un sólo «yo», pero lo que surge de vez en cuando es el falso pensa-miento «yo»; mientras que el «yo» intuitivo permanece siempre autobrillante, es decir, incluso antes de devenir manifiesto.

El nacimiento del cuerpo grosero no equivale al nacimiento propio de uno; por otra parte, el nacimiento del ego es el propio nacimiento de uno.

Para la liberación, no queda nada nuevo que se haya de obtener. Es el estado original y continúa sin cambio siempre.



138. D.: ¿Qué es la realidad?

M.: La Realidad debe ser siempre real. No es con nombres ni formas. Eso que sub-yace a éstos es la Realidad. Ella subyace a las limitaciones, pero ella misma es ilimitada. No está atada. Ella subyace a las irrealidades, pero ella misma es real. La Realidad es lo que es. Es como es. Trasciende el habla, es más allá de las expresiones; por ejemplo, existencia, no existencia, etc.



139. Más tarde, el mismo caballero, después de citar un verso del Kaivalya, preguntó: —¿Puede perderse el jnana después de haber sido obtenido una vez?

M.: El jnana, una vez revelado, lleva tiempo para estabilizarse. El Sí mismo está ciertamente dentro de la experiencia directa de cada uno, pero no como uno imagina que es. Es sólo como es. Esta Experiencia es samadhi. Así como el fuego permanece sin quemar debido a encantaciones u otros artificios, pero de otro modo sí quema, así tam-bién el Sí mismo que permanece velado por los vasanas y se revela cuando no hay va-sanas.

Debido a la fluctuación de los vasanas, el jnana requiere tiempo para estabilizarse. Un jnana inestable no es suficiente para detener los renacimientos. El jnana no puede permanecer inalterado junto a los vasanas. Es verdad que en la proximidad de un gran maestro, los vasanas cesarán de ser activos, la mente devendrá tranquila y resultará el samadhi, de modo similar al fuego que no quema debido a otros artificios. Así es como el discípulo obtiene el verdadero conocimiento y la experiencia correcta en la presencia del maestro. Para permanecer inalterado en eso, son necesarios más esfuerzos. El discí-pulo sabrá que eso es su Ser real y así será liberado en vida. El samadhi con los ojos cerrados es ciertamente bueno, pero uno debe ir más allá hasta que comprenda que la no acción y la acción no son hostiles entre sí. El miedo de perder el samadhi mientras se está activo es el signo de la ignorancia. El samadhi debe ser la vida natural de cada uno.

Hay un estado más allá de nuestro esfuerzo o de nuestra falta de esfuerzo. Hasta que se realiza, el esfuerzo es necesario. Después de saborear esa Felicidad, incluso una sola vez, uno tratará repetidamente de recuperarla. Una vez que se experimentó la Felicidad de la Paz, nadie querrá estar fuera de ella o dedicarse a otra cosa. Es tan difícil para un jnani entrar en los pensamientos como lo es para un ajnani estar libre del pensamiento.

El hombre común dice que no se conoce a sí mismo; piensa muchos pensamientos y no puede permanecer sin pensar.

Ningún tipo de actividad afecta a un jnani; su mente permanece siempre en la Paz eterna.





20 de enero de 1936



140. Señor Prakasa Rao, de Bezwada: —¿Deviene inoperativa la ilusión antes de que resulte la identidad con el Brahman (Brahmakaravritti)? ¿O persiste incluso después?

M.: La ilusión no persistirá después que los vasanas sean aniquilados. En el intervalo entre el conocimiento de la identidad y la aniquilación de los vasanas, habrá ilusión.

D.: ¿Cómo puede influenciar el mundo a un hombre después de la identidad con el Brahman?

M.: Primero hágalo y vea. Entonces usted puede hacer esta pregunta, si es necesario.

D.: ¿Podremos conocerlo de la misma manera que conocemos nuestra identidad?

M.: ¿Es usted diferente de la mente? ¿Cómo espera que le sea conocido?

D.: ¿Puede conocerse plenamente el alcance de Chitta (Chittavilasa)?

M.: ¡Oh! ¿Es ésta la identidad del Brahman?

Al desaparecer la ignorancia, lo que queda se revela por sí mismo. Eso es experiencia; no entra en la categoría del conocimiento.





23 de enero de 1936



141. El Sr. Paul Brunton preguntó a Sri Bhagaván si la Colina de aquí es hueca.

M.: Así lo dicen los puranas. Cuando se dice que el Corazón es una cavidad, la pe-netración en él se prueba como una expansión de la luz. Similarmente, la Colina es una Colina de luz. Las cuevas, etc., están cubiertas por la Luz.

D.: ¿Las cuevas están dentro?

M.: En visiones he visto cuevas, ciudades con calles, etc., y todo un mundo en eso.

D.: ¿Están también los Siddhas en eso?

M.: Se considera que todos los Siddhas están ahí.

D.: ¿Hay sólo Siddhas, u otros también?

M.: Lo mismo que este mundo.

D.: Se dice que los Siddhas están en el Himalaya.

M.: El Monte Kailas está en el Himalaya: es la morada de Siva. Mientras que esta Colina es Siva Mismo. Todos los elementos de Su morada deben estar también donde Él Mismo está.

D.: ¿Cree el Bhagaván que la Colina está hueca, etc.?

M.: Todo depende del punto de vista del individuo. Usted mismo ha visto ermitas, etc., sobre esta Colina en una visión. Las ha descrito en su libro.

D.: Sí. Fue en la superficie de la Colina. La visión estaba dentro de mí.

M.: Eso es exactamente así. Todo existe dentro del propio Sí mismo de uno. Para ver el mundo, debe haber un espectador. No podría haber mundo sin el Sí mismo. El Sí mismo es omnicomprehensivo. De hecho, el Sí mismo es todo. No hay nada aparte del Sí mismo.

D.: ¿Cuál es el misterio de esta colina?

M.: Así como usted ha dicho en El Egipto Secreto: «El misterio de la pirámide es el misterio del Sí mismo», así también el misterio de esta Colina es el misterio del Sí mis-mo.



Mayor Chadwick: —Yo no sé si el Sí mismo es diferente del ego.

M.: ¿Cómo estaba usted en su sueño profundo?

D.: No lo sé.

M.: ¿Quién no lo sabe? ¿No es el Sí mismo despierto? ¿Niega usted su existencia en su sueño profundo?

D.: Yo era y yo soy; pero no sé quién era en el sueño profundo.

M.: Exactamente. El hombre despierto dice que no sabía nada en el estado de sueño profundo. Ahora ve los objetos y sabe que él está aquí; mientras que en el sueño profun-do no había ningún objeto, ningún espectador, etc. El mismo que ahora está hablando estaba en el sueño profundo también. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos estados? Ahora hay objetos y el juego de los sentidos que no estaban en el sueño profundo. Una nueva entidad, el ego, ha surgido entretanto; juega a través de los sentidos, ve los obje-tos, se confunde a sí mismo con el cuerpo y dice que el Sí mismo es el ego. En realidad, lo que estaba en el sueño profundo continúa existiendo ahora también. El Sí mismo es sin cambio. Es el ego el que ha sobrevenido. Eso que surge y se pone es el ego; lo que permanece sin cambio es el Sí mismo.



142. Sr. Prakasa Rao: —¿Cuál es la causa raíz de maya?

M.: ¿Qué es maya?

D.: Maya es conocimiento falso, ilusión.

M.: ¿Para quién es la ilusión? ¿Debe haber uno para ser engañado? La ilusión es ig-norancia. El Sí mismo ignorante ve los objetos según usted. Cuando los objetos mismos no están presentes, ¿cómo podrá existir maya? Maya es ya ma (maya es lo que no es). Lo que queda es el Sí mismo verdadero. Si usted dice que ve los objetos, o si dice que no conoce la Unidad Real, entonces hay dos sí mismos, uno el conocedor y el otro el objeto cognoscible. Nadie admitirá dos sí mismos en sí mismo. El hombre despertado dice que él mismo estaba en el sueño profundo, pero que no era consciente. No dice que el que dormía era diferente del hombre presente. Sólo hay un Sí mismo. Ese Sí mismo es siempre consciente. Es sin cambio. No hay nada sino el Sí mismo.

D.: ¿Qué es el cuerpo astral?

M.: ¿No tiene usted un cuerpo en sus sueños? ¿No es diferente del cuerpo que está acostado en la cama?

D.: ¿Sobrevivimos después de la muerte? ¿Sobrevive el cuerpo astral a la muerte física?

M.: Así como en los sueños usted despierta después de diferentes experiencias nue-vas, así también después de la muerte física se encuentra otro cuerpo nuevo, y así suce-sivamente.

D.: Dicen que el cuerpo astral vive cuarenta años después de la muerte.

M.: En el cuerpo presente usted dice que el cuerpo soñado es astral. ¿Dijo usted eso en el cuerpo soñado? Lo que es astral ahora parecía real entonces, y el cuerpo presente mismo es astral según ese punto de vista. ¿Cuál es la diferencia entre un cuerpo astral y otro? No hay ninguna diferencia entre los dos.

Sr. Paul Brunton: —Hay grados de realidad.

M.: Decir que el cuerpo soñado es irreal ahora, y decir que este cuerpo presente era irreal en sueños, no indica grados de realidad. En el sueño profundo no hay ninguna experiencia del cuerpo. Hay siempre sólo uno, y ése es el Sí mismo.



143. Sr. Paul Brunton: —¿Por qué las religiones hablan de Dioses, de cielo, de in-fierno, etc.?

M.: Sólo para hacer que las gentes comprendan que tienen el mismo valor que este mundo y que sólo el Sí mismo es real. Las religiones son según el punto de vista del buscador. Tome la Bhagavad Gita como ejemplo: cuando Arjuna dijo que no lucharía contra sus propios parientes, sus mayores, etc., para matarlos y ganar el reino, Sri Krishna dijo: «No es que éstos, tú o yo, no fuéramos antes, no seamos ahora o no seamos después de esto. Nada ha nacido, nada ha muerto, ni tampoco lo hará después», y así sucesivamente. Más tarde, cuando desarrolló el tema y declaró que Él había dado la misma instrucción al Sol, a través de él a Ikshvaku, etc., Arjuna planteó su duda: «¿Cómo podría ser? Tú naciste hace unos pocos años. Ellos vivieron hace siglos». En-tonces, Sri Krishna, comprendiendo el punto de vista de Arjuna, dijo: «Sí. Ha habido muchas encarnaciones de mí mismo y de ti mismo… Yo las conozco todas, pero tú no las conoces».

Esas afirmaciones parecen contradictorias; sin embargo, son correctas según el punto de vista del que formula la pregunta. Cristo también declaró que Él era antes de que Abraham fuera.

D.: ¿Cuál es el propósito de tales descripciones en las religiones?

M.: Únicamente establecer la Realidad del Sí mismo.

D.: Bhagaván habla siempre desde el punto de vista más alto.

Sri Bhagaván (con una sonrisa): —La gente no querría comprender la verdad simple y desnuda —la verdad de su experiencia cotidiana, siempre presente y eterna. Esa Ver-dad es la del Sí mismo. ¿Hay alguien que no sea consciente del Sí mismo? Las gentes ni siquiera querrían oírlo (el Sí mismo), mientras que están ansiosos por saber qué hay más allá —cielo, infierno, reencarnación. Debido a que las gentes aman el misterio, y no la verdad desnuda, las religiones les miman sólo para traerlas de vuelta al Sí mismo. Vaya a donde vaya, finalmente usted debe volver sólo al Sí mismo. Entonces, ¿por qué no morar en el Sí mismo aquí y ahora?

Los otros mundos requieren al Sí mismo como un espectador o especulador. La rea-lidad de esos mundos es solo del mismo grado que la del espectador o pensador. No pueden existir sin el espectador, etc. Por consiguiente, no son diferentes del Sí mismo. Incluso el hombre ignorante ve sólo al Sí mismo cuando ve los objetos. Pero está confuso e identifica al Sí mismo con el objeto, es decir, con el cuerpo y con los sentidos, y juega en el mundo. El sujeto y el objeto —ambos se sumergen en el Sí mismo. No hay ningún veedor ni objetos vistos. El veedor y lo visto son el Sí mismo. Tampoco hay muchos sí mismos. Todos son sólo un Sí mismo.





26 de enero de 1936



144. En respuesta a la señora Leena Sarabhai, una culta dama india de alto rango, Sri Bhagaván dijo: —El estado de ecuanimidad es el estado de felicidad. La declaración de los Vedas, «yo soy Esto o Eso», es sólo una ayuda para alcanzar la ecuanimidad de la mente.

D.: Así pues, es erróneo comenzar con una meta; ¿no es así?

M.: Si hay una meta que haya de alcanzarse, ésta no puede ser permanente. La meta debe estar ya aquí. Nosotros buscamos alcanzar la meta con el ego, pero la meta es antes que el ego. Lo que es en la meta es incluso anterior a nuestro nacimiento, es decir, al nacimiento del ego. Debido a que nosotros existimos, el ego parece existir también.

Si miramos al Sí mismo como el ego, entonces devenimos el ego, si lo miramos como la mente devenimos la mente, y si lo miramos como el cuerpo devenimos el cuerpo. Es el pensamiento el que constituye envolturas de muchas maneras. La sombra en el agua se encuentra que se mueve. ¿Puede detener alguien el movimiento de la sombra? Si cesara de moverse, entonces usted no notaría el agua sino solo la luz. Similarmente, para no notar el ego ni sus actividades, vea sólo la luz que está detrás. El ego es el pensamiento yo. El verdadero «yo» es el Sí mismo.

D.: Ese es un paso hacia la realización.

M.: La Realización ya está aquí. El estado libre de pensamientos es el único estado real. No hay ninguna acción tal como la Realización. ¿Hay alguien que no sienta al Sí mismo? ¿Hay alguien que niegue su propia existencia? Hablar de realización, implica dos sí mismos —uno, el que realiza; el otro, el que ha de ser realizado. Una vez que nosotros admitimos nuestra existencia, ¿cómo es que no conocemos a nuestro Sí mismo?

D.: Debido a los pensamientos —a la mente.

M.: Así es exactamente. Es la mente la que se interpone y vela nuestra felicidad. ¿Cómo sabemos que nosotros existimos? Si usted dice que se debe al mundo que nos rodea, entonces, ¿cómo sabe que usted existía en el sueño profundo?

D.: ¿Cómo deshacerse de la mente?

M.: ¿Es la mente la que quiere matarse a sí misma? La mente no puede matarse a sí misma. Así pues, su tarea es encontrar la naturaleza real de la mente. Entonces usted sabrá que no hay ninguna mente. Cuando se busca al Sí mismo, la mente no está en nin-guna parte. Morando en el Sí mismo, uno no necesita inquietarse por la mente.

D.: ¿Cómo deshacerse del miedo?

M.: ¿Qué es el miedo? Es sólo un pensamiento. Si hay algo aparte del Sí mismo, en-tonces hay razón para tener miedo. ¿Quién ve a lo segundo (a algo que sea externo)? Primero surge el ego y ve los objetos como externos. Si el ego no surge, sólo existe el Sí mismo y no hay ningún segundo (nada externo), pues algo externo para uno mismo im-plica al veedor interior. Al buscar al ego no habrá ninguna duda, ningún miedo —no sólo el miedo, todos los demás pensamientos centrado alrededor del ego desaparecerán junto con él.

D.: Este método parece más rápido que el habitual de cultivar cualidades declaradas necesarias para la salvación (sadhana chatushtaya).

M.: Sí. Todas las malas cualidades se centran alrededor del ego. Cuando el ego des-aparece, la Realización resulta por sí misma. En el Sí mismo no hay cualidades buenas ni cualidades malas. El Sí mismo está vacío de todas las cualidades. Las cualidades per-tenecen sólo a la mente. El Sí mismo es más allá de la cualidad. Si hay unidad, también habrá dualidad. El uno numérico da nacimiento a otros números. La verdad no es uno ni dos. Es como es.

D.: La dificultad es estar en el estado libre de pensamientos.

M.: Abandone a sí mismo al estado libre de pensamientos. No piense en él como si le perteneciera. Así como cuando camina, usted da pasos involuntariamente, así también en sus acciones; pero el estado libre de pensamientos no es afectado por sus acciones.

D.: ¿Qué es lo que es discriminativo en la acción?

M.: La discriminación será automática, intuitiva.

D.: Así pues, sólo importa la Intuición; la intuición también se desarrolla.

M.: Aquellos que han descubierto grandes Verdades, lo han hecho en las silentes profundidades del Sí mismo.

El ego es como la sombra de uno proyectada sobre el suelo. Si uno intenta enterrarla, será una necedad. El Sí mismo es solo uno. Si es limitado, es el ego. Si es ilimitado, es Infinito y es la Realidad.

Las burbujas son diferentes unas de otras y son numerosas, pero el océano es uno so-lo. Similarmente, los egos son muchos, mientras que el Sí mismo es uno y solo uno.

Cuando se diga que usted no es el ego, aprehenda la Realidad. ¿Por qué se identifica todavía a usted mismo con el ego? Es como decir: «No piense en el mono mientras toma la medicina» —es imposible. Similarmente ocurre con las gentes comunes. Cuando se menciona la Realidad, ¿por qué continúa usted meditando en Sivoham o Aham Brah-masmi? La significación debe ser rastreada y comprendida. No es suficiente con repetir sólo las palabras o con pensar en ellas.

La realidad es simplemente la pérdida del ego. Destruya al ego buscando su identi-dad. Debido a que el ego no es una entidad, desaparecerá automáticamente, y la Reali-dad brillará por sí misma. Éste es el método directo. Mientras que todos los demás métodos se hacen solo reteniendo al ego. En todas esa vías surgen muchas dudas y, fi-nalmente, las preguntas eternas se quedan sin hacer. Pero en este método la pregunta final es la única y se hace desde el comienzo mismo. No es necesaria ninguna sadhana para dedicarse a esta búsqueda.

No hay ningún misterio más grande que éste —a saber, siendo nosotros mismos la Realidad, buscamos obtener la realidad. Nosotros pensamos que hay algo que oculta nuestra Realidad, y que debe ser destruido antes de obtener la Realidad. Es ridículo. Llegará un día en que usted mismo se reirá de sus esfuerzos pasados. Eso que será el día en que usted se ría, es también aquí y ahora.

D.: Así pues, ¿es un gran juego de apariencias?

M.: Sí.

En el Yoga Vasishtha se dice: «Lo que es Real está oculto de nosotros; pero lo que es falso, se revela como verdadero». En realidad, solo nosotros estamos experimentando la Realidad; sin embargo, no lo sabemos. ¿No es esto un prodigio de prodigios?

La indagación «¿Quién soy yo?» es el hacha con la que cortar el ego.



145. En respuesta a un sanyasi, de lengua canara, Sri Bhagaván dijo: —Hay diferen-tes grados de mente. La Realización es de la Perfección. La Realización no puede ser comprendida por la mente. Sarvajnatva (omnisciencia) es ser sarvam (el todo); «el todo» pertenece sólo a la mente. Lo conocido y lo desconocido forman juntos «el todo». Después de trascender la mente, usted permanece como el Sí mismo. El conocimiento presente es sólo conocimiento de la limitación. Ese Conocimiento es ilimitado. Siendo así, no puede ser comprehendido por este conocimiento. Cese de ser un conocedor, y entonces hay perfección.





27 de enero de 1936



146. Un caballero gujerati dijo que se estaba concentrando en el sonido (nada) y que deseaba saber si el método era correcto.

M.: La meditación sobre nada es uno de los diversos métodos aprobados. Los ad-herentes pretenden una virtud muy especial para el método. Según ellos es el método más fácil y más directo. Así como un niño es arrullado hasta dormirse con nanas, de igual modo nada le serena a uno hasta el estado de samadhi; y también, así como un rey envía a los músicos de su corte para que den la bienvenida a su hijo a su vuelta de un largo viaje, de igual modo nada introduce al devoto en la Morada del Señor de una ma-nera agradable. Nada ayuda a la concentración. Después se siente que la práctica no debe convertirse en un fin en sí misma. Nada no es lo objetivo; el sujeto debe mantenerse firmemente; de lo contrario, resultará un vacío. Aunque el sujeto está ahí incluso en el vacío, no sería consciente de la cesación de nada en sus diferentes tipos. A fin de ser consciente incluso en el vacío, uno debe recordar a su propio sí mismo. Nada upasana (meditación sobre el sonido) es buena; es mejor si está asociada con la indagación (vi-chara). En ese caso, el nada está hecho de chinmaya y también de tanmaya (de Cono-cimiento y de Sí mismo). Nada ayuda a la concentración.





28 de enero de 1936



147. En respuesta a un sadhu que preguntó si bhakti consistía en olvidar al cuerpo, etc., Sri Bhagaván dijo: —¿Por qué se preocupa por el cuerpo? Practique bhakti y no se preocupe por lo que le ocurre al cuerpo.



148. El matrimonio Kelly, una pareja mayor, procedente de América del Norte, y otros que lo acompañaban, desearon saber qué debían hacer para obtener concentración frente a las molestias de sentarse y la picadura de los mosquitos, etc.

M.: Las molestias no les preocuparán si su concentración es buena. No presten aten-ción a las molestias. Mantengan su mente firme en la meditación. Si no tienen la fuerza ni la resistencia para soportar las picaduras de un mosquito, ¿cómo esperan obtener la Realización del Sí mismo? La Realización debe estar en medio de todos los trastornos de la vida. Si ustedes se ponen cómodos y se van a la cama, se quedan dormidos. Enfrenten las molestias, pero manténganse firmes en la meditación.





31 de enero de 1936



149. El caballero norteamericano es un poco duro de oído. Como desde joven se acostumbró a confiar en sí mismo, es natural que se sienta preocupado a causa de que su oído le falla.

M.: Usted no confiaba en sí mismo; usted confiaba en su ego. Es bueno que desapa-rezca la confianza en el ego y que usted confíe verdaderamente en el Sí mismo.

Asimismo, el Bhagaván dijo: —No hay ningún motivo para preocuparse. La sojuz-gación de los sentidos es un preludio necesario para la Realización del Sí mismo. Un sentido ha sido sojuzgado para usted por Dios mismo. Así pues, mucho mejor.

El interlocutor dijo que apreciaba el humor, pero que, aún así, su autorrespeto sufría.

M.: El Sí mismo es sólo uno. ¿Se siente usted herido si se culpa o mofa de usted mismo por sus errores? Si usted se aferra al Sí mismo, no hay ninguna segunda persona que se mofe de usted. Cuando ve el mundo, usted ha perdido la intimidad del Sí mismo. Por el contrario, aférrese al Sí mismo y el mundo no aparecerá.





1 de febrero de 1936



150. La señora Kelly deseaba saber cómo debe aprender a meditar mejor.

Sri Bhagaván preguntó si había hecho japa (seguir las cuentas de un rosario, como lo hacen los católicos romanos). Ella dijo: —No.

M.: ¿Ha pensado usted en Dios, en Sus cualidades, etc.?

D.: He leído, he conversado, etc., sobre esos temas.

M.: Bien, si eso mismo da vueltas en su mente sin expresarse abiertamente a través de los sentidos, eso es meditación.

D.: A lo que me refiero es a la meditación como se da a entender en El Sendero Se-creto y ¿Quién soy yo?

M.: Anhélelo intensamente para que la mente se funda en la devoción. Después de que el alcanfor se quema, no quedan residuos. La mente es el alcanfor; cuando se ha disuelto en el Sí mismo sin dejar siquiera el más pequeño rastro detrás, eso es la Reali-zación del Sí mismo.





4 de febrero de 1936



151. Algunos visitantes procedentes de Pesháwar, entre ellos un comisario judicial y un joven ilustrado y fervoroso, con una fuerte creencia en la existencia del Paramatman (el Supremo Sí mismo) como algo diferente del Jivatman (el sí mismo individual), for-mularon algunas preguntas.

Sri Bhagaván zanjó sus diferentes dudas con esta única frase: —Eliminen los upadhis (aditamentos), jiva y parama, del Atman y digan si todavía encuentran la diferencia. Si estas dudas todavía persisten después, pregúntense a ustedes mismos, «¿Quién es el que duda? ¿Quién es el que piensa?» Encuéntrenle. Estas dudas se desvanecerán.





5 de febrero de 1936



152. Al día siguiente, el mismo joven preguntó sobre el pranayama.

M.: El pranayama según el jnana es:

«Na aham» Yo no soy esto = expiración

«Koham» ¿Quién soy yo? = inspiración

«Soham» Yo soy Él = retención del soplo



Esto es vichara. Ésta vichara produce el resultado deseado.

Para el que no está tan avanzado como para dedicarse a esta vichara, un poco de meditación produce la suspensión del soplo y la mente cesa de estar inquieta. El control de la mente efectúa espontáneamente el control del soplo; o resulta kevala kumbhaka (retención espontánea del soplo, sin atención a la inhalación ni a la exhalación).

Para el que es incapaz de hacer también esto, se prescribe la regulación del soplo para aquietar a la mente. Este aquietamiento dura sólo mientras se controla el soplo. Así pues, es transitorio. Claramente, la meta no es el pranayama. Se extiende a pratyahara, dharana, dhyana y samadhi. Esas etapas tratan del control de la mente. Ese control de-viene más fácil para el hombre que anteriormente había practicado el pranayama. El pranayama le lleva a las etapas más altas que implican el control de la mente. Por con-siguiente, el control de la mente es también la meta del yoga.

Un hombre más avanzado, de modo natural, irá directamente al control de la mente sin perder su tiempo en practicar el control del soplo. Un simple desarrollo del prana-yama sólo puede conferir los siddhis, que tantos anhelan.

Cuando se preguntó si había algunas restricciones de alimento, Sri Bhagaván dijo: —«Mita hita bhuk» —alimento agradable en cantidad moderada.

Cuando se preguntó sobre la eficacia de bhakti, Sri Bhagaván dijo: —Mientras hay vibhakti debe haber bhakti. Mientras hay viyoga, debe haber yoga. Mientras hay duali-dad, debe haber Dios y devoto. Similarmente también en vichara. Mientras hay vichara, hay dualidad. Pero al sumergirse en la Fuente, sólo hay unidad. Lo mismo es también con bhakti. Al realizar al Dios de la devoción, sólo habrá unidad. Dios es también pen-sado en y por el Sí mismo. Así pues, Dios es idéntico con el Sí mismo. Si a uno se le dice que tenga bhakti por Dios y lo hace muy directamente, eso está bien. Pero hay otro tipo de hombre que se vuelve y dice: «Hay dos, yo y Dios. Antes de conocer al Dios remoto, permíteme conocer al “yo” más inmediato e íntimo». La vichara-marga ha sido enseñada para él. De hecho, no hay ninguna diferencia entre bhakti y vichara.



153. El mismo hombre preguntó también sobre la naturaleza del samadhi y sobre los medios para obtener el samadhi.

M.: Cuando el que pregunta por la naturaleza del samadhi y por el método para ob-tenerle se desvanece, entonces resultará el samadhi.

Mayor Chadwick: —Se dice que es suficiente una mirada de un Mahatma; que los ídolos, las peregrinaciones, etc., no son tan efectivos. Yo he estado aquí durante tres meses, pero no sé cómo he sido beneficiado por la mirada del Maharshi.

M.: La mirada tiene efecto purificador. La purificación no puede ser visualizada. Así como un trozo de hulla tarda mucho en encenderse y un trozo de carbón vegetal tarda poco, y un montón de pólvora se enciende instantáneamente, así ocurre con los grados de los hombres que entran en contacto con los Mahatmas.

Señor Cohen: —Yo entro en meditación y llego a un punto que puede llamarse paz y un espíritu contemplativo. ¿Cuál debe ser el paso siguiente?

M.: La Paz es la Realización del Sí mismo. La Paz no necesita ser perturbada. Uno debe aspirar sólo a la Paz.

D.: Pero yo no tengo la satisfacción.

M.: Porque su paz es transitoria. Si se hace permanente, se llama Realización.





9 de febrero de 1936



154. D.: ¿La soledad es útil para la práctica?

M.: ¿Qué entiende usted por soledad?

D.: Apartarse de los demás.

M.: ¿Por qué debe hacerse eso? Eso se debe solo al miedo. Incluso en la soledad hay el miedo de la intrusión por parte de los demás, y de que la soledad se eche a perder. Además, ¿cómo han de borrarse los pensamientos en la soledad? ¿No debe hacerse eso en el entorno presente?

D.: Pero la mente está distraída ahora.

M.: ¿Por qué deja que la mente divague? La soledad equivale a hacer que la mente se aquiete. Esto también puede hacerse en medio de una muchedumbre. La soledad no puede borrar los pensamientos de uno. La práctica lo hace. Esa misma práctica puede hacerse también aquí.



155. D.: En la búsqueda de «yo», en una cierta etapa, al buscador se le dirige para que mantenga la mente en una actitud negativa para que entre la Gracia. ¿Cómo puede algo negativo dar resultado positivo?

M.: El Sí mismo está siempre aquí —no ha de ser obtenido como algo nuevo.

D.: Lo que quiero preguntar es esto: ¿Qué se ha hecho en esa actitud negativa para merecer la Gracia?

M.: ¿Está usted haciendo esta pregunta sin la Gracia? La Gracia está en el comienzo, en el medio y en el fin. La Gracia es el Sí mismo. Debido a la falsa identificación del Sí mismo con el cuerpo, al Gurú se le considera con un cuerpo. Pero, desde la perspectiva del Gurú, el Gurú es sólo el Sí mismo. El Sí mismo es solo uno. Él dice que sólo el Sí mismo es. ¿No es entonces el Sí mismo su Gurú? ¿De dónde más vendrá la Gracia? Sólo del Sí mismo. La manifestación del Sí mismo es una manifestación de la Gracia y viceversa. Todas estas dudas surgen a causa de la visión errónea y de la consecuente expectativa de cosas externas a uno mismo. Nada es externo al Sí mismo.

D.: Todas nuestras preguntas son desde nuestro punto de vista, y las respuestas de Sri Bhagaván son desde su punto de vista. Las preguntas no solo son respondidas, sino también deshechas.





11 de febrero de 1936



156. Señor Frydman: —Janaka fue un jnani y sin embargo gobernaba sus dominios. ¿No requiere la acción la actividad de la mente? ¿Cuál es la razón del trabajo de la mente de un jnani?

M.: Usted dice: «Janaka fue un jnani pero estuvo activo, etc.» ¿Hace Janaka la pre-gunta? Esa pregunta está sólo en su mente. El jnani no es consciente de nada aparte del Sí mismo. No tiene ninguna duda de ese tipo.

D.: Probablemente es como un sueño. Así como nosotros hablamos de nuestros sue-ños, así piensan ellos en sus acciones.

M.: Incluso el sueño está en su mente. Esta explicación también está sólo en su men-te.

D.: Sí. Comprendo. Todo es Ramana-Maya —hecho sólo del Sí mismo.

M.: Si es así, no habrá ninguna dualidad ni ninguna conversación.

D.: Un hombre, al realizar el Sí mismo, puede ayudar al mundo más efectivamente. ¿No es así?

M.: Si el mundo fuera aparte del Sí mismo.





12 de febrero de 1936



157. El señor Cohen deseaba saber si el trance es una condición sine qua non para la Realización del Sí mismo.

M.: Usted está siempre en el Sí mismo —ahora, en trance, en el sueño profundo, en la Realización. Si usted se suelta del Sí mismo y se identifica con el cuerpo o la mente, estos estados parecen dominarle a usted, y eso también parece como un vacío en el tran-ce, etc.; mientras que usted es el Sí mismo y está siempre presente.

D.: Sri Aurobindo dice que la Luz que reside en la cabeza puede hacerse descender al corazón.

M.: ¿El Sí mismo no está ya en el Corazón? ¿Cómo puede ser llevado de un sitio a otro el Sí mismo omnipenetrante?

D.: ¿Están también sujetos al trance un karma yogi o un bhakta?

M.: Cuando se concentra en un punto, usted se sumerge en él, y a esta submersión se la llama trance. Las dudas características desaparecen y sólo queda el Sí mismo. El karmi o el bhakta también deben experimentar lo mismo.



158. D.: ¿Qué es el hridaya y que es el sphurana en él? ¿Cómo aparecen?

M.: El hridaya y el sphurana son lo mismo que el Sí mismo. El sphurana requiere una base para su manifestación. Esto está explicado en el libro.

D.: ¿Cómo aparece el sphurana —como luz, movimiento, o qué?

M.: ¿Cómo puede ser descrito en palabras? Incluye a todos éstos —Ello es el Sí mismo. Fije su atención en ello y no obstruya la idea de su carácter último.





13 de febrero de 1936



159. Un señor mayor, de Ananthapur, después de escuchar los Vedas recitados en la sala, se puso de pie y comentó: —Se dice que los que no son brahmines no deben escu-char el recital de los Vedas.

M.: Atienda a sus asuntos. Ocúpese de aquello por lo que usted ha venido aquí. ¿Por qué pierde su tiempo en estas cosas? Usted dice: «Yo he escuchado el recital». ¿Quién es ese «yo»? Sin conocer al «yo», usted está usando la palabra. Si se conociera su signi-ficación, no habría ninguna duda. Encuentre el «yo» primero, y después usted puede hablar de otros asuntos.

Sri Bhagaván siguió diciendo: —«La smriti dice algo. Pero ahora no es apropiado. Yo reformaré el mundo, reescribiré la smriti». Al decir esto, las gentes están haciendo cabriolas en el mundo desde tiempo inmemorial. Esos reformadores han venido y han partido; pero la antigua smriti todavía permanece. ¿Por qué perder el tiempo en esos asuntos? ¡Que cada cual se ocupe de su asunto! Todo irá bien.





23 de febrero de 1936



160. Una señora de Maharashtra, de mediana edad, que había estudiado Jnanesvari, Bhagavata y Vichara Sagara, y que estaba practicando la concentración entre las cejas, había sentido temblores y miedo, y no hacía ningún progreso. Requería una guía.

El Maharshi le dijo que no olvidara al veedor. La vista se fija entre las cejas, pero al veedor se le pierde de vista. Si al veedor se le recuerda siempre, todo irá bien.





24 de febrero de 1936



161. El doctor Henry Hand, un norteamericano de alrededor de setenta años, pre-guntó: —¿Qué es el ego?

M.: Al ser el ego interno, y no externo a usted, debe estar claro para usted mismo.

D.: ¿Cuál es su definición?

M.: La definición también debe proceder del ego. El ego debe definirse a sí mismo.

D.: ¿Qué es el alma?

M.: Encuentre al ego y encontrará al alma.

D.: ¿Ent